SER EQUIPO: TRES EJEMPLOS
El deporte y las empresas
El deporte nos brinda la oportunidad de observar el comportamiento de equipos y líderes. John Wooden en su biografía “Wooden on Leadership” cuenta el momento en el que se sintió más orgulloso como entrenador de un equipo de baloncesto. Cuando le preguntaban por su preferencia entre talento y experiencia, solía contestar que prefería tener “mucho talento y poca experiencia” que “poco talento y mucha experiencia”. Pero en la temporada 1959-60, su equipo no tenía ni mucho talento, ni demasiada experiencia. En esa temporada, el equipo tuvo más victorias que derrotas (14-12), pese a afrontar numerosas adversidades. El éxito de aquel EQUIPO radicó en lograr maximizar las capacidades de cada jugador y comportarse como una unidad. ¿Cómo? Estuvieron unidos, trabajaron duro e ignoraron aquellas cosas que no estaban bajo su control, perfeccionando aquellas cosas que si lo estaban.
Hoy quiero destacar tres ejemplos de equipos deportivos que hemos visto durante esta semana. Ejemplos que reflejan algunos aspectos que integró en su filosofía del éxito el entrenador Wooden, y que son perfectamente trasladables al ámbito de las empresas y las organizaciones. En estos ejemplos podemos extraer difentes aprendizajes, pero me voy a centrar en tres enseñanzas. La primera tiene que ver con la construcción de equipos y el liderazgo. La segunda con la importancia de la fortaleza mental de cada persona que forma parte de ese equipo. Y la tercera con la necesidad de entender la formación de un equipo como un proceso que necesariamente pasará por adversidades. Ahí van los ejemplos.
Tomar ejemplo de equipos y líderes de referencia
Si volvemos la vista atrás hace un mes, muy pocos aficionados al baloncesto apostábamos por la Selección para este Eurobasket. Una selección sin tanto talento como en otras ocasiones y con poca experiencia, como le sucedió al coach Wooden aquella temporada 59-60. El relevo generacional, las lesiones de jugadores importantes, la renuncia de otros… no auguraban un futuro feliz ni prometedor. Sin embargo, el resultado está sorprendiendo a muchos, y se está convirtiendo en un ejemplo de lo que es SER EQUIPO, de la mano de un LÍDER de referencia (Sergio Scariolo).
Obviamente, no puede ser casualidad, los resultados de un equipo que se remontan a hace más de 20 años, donde apenas quedan representantes de aquella Familia que logró las cimas más altas. Pero el compromiso, la unión, la fe en sus posibilidades y en la victoria, el esfuerzo, la entrega máxima… siguen siendo valores innegociables de un equipo. Por eso, más allá de los resultados, que a veces llegan y otras no, y que no dependen de nosotros enteramente, el propósito de cualquier grupo o equipo debería ser convertirse o llegar a ser un EQUIPO. Y en ese cometido, el líder juega un papel crucial, con su conocimiento y, sobre todo, con la gestión de las personas que forman ese equipo.
Fortaleza mental para ser equipo.
En mi post anterior comentaba la importancia que tenía la fortaleza mental para poder afrontar cualquier adversidad o, simplemente, algún hecho, opinión o comentario, que nos afecta mental o emocionalmente. Curioso, porque esta semana, mientras se disputaba la Final de US Open, la cámara de televisión enfocó hacia el palco, donde se situaba el equipo de trabajo de Carlos Alcaraz. En la imagen, en uno de los extremos del palco, aparecían dos mujeres, que podríamos pensar que fueran algún familiar del tenista. Pues no, eran Isabel Balaguer y Joan Duda, dos psicólogas de grandísimo prestigio en el mundo de la psicología deportiva. Lo que demuestra la importancia que tiene el cuidado de la mente, lo emocional o lo psicológico en el mundo del deporte de alto rendimiento.
Hoy, en el mundo de la empresa, todavía hay mucha resistencia a hablar de lo que nos pasa. De cómo determinados hechos, opiniones o comentarios disparan determinadas emociones (miedo, ira o tristeza) y nos llevan a vivir estados de ánimo negativos y restrictivos (ansiedad, resentimiento o resignación). Es necesario, implementar prácticas y hábitos que permitan a los equipos expresar qué es lo que sienten. Sin miedos y bajo un contexto de confianza, para poder abordar conversaciones que quedan pendientes y provocan conflictos entre compañeros o situaciones de estrés a nivel personal. Las emociones nos dan una información valiosa para nuestra vida y nos ayudan a entender mejor quiénes somos y cómo nos afectan las cosas. Conozcamos qué nos quiere decir cada emoción y evitemos entrar en estados anímicos negativos.
El fracaso siembra la semilla del éxito del equipo
Los equipos no son una ciencia exacta. Ni su construcción o la consecución de eso que llamamos EQUIPO (que cada uno busque el ejemplo de referencia) se consigue en un tiempo determinado. Lo que si sabemos es que requiere de un proceso y que como tal exige un tiempo, más o menos prolongado. De hecho, los grandes equipos deportivos que alcanzaron grandes éxitos necesitaron su proceso y su tiempo de maduración hasta alcanzar su nivel de rendimiento óptimo. Y en ese proceso, inevitablemente, hay retrocesos, obstáculos, errores, fracasos, crisis… Son parte del camino. La cuestión es cómo gestionarlos, vivirlos, integrarlos para poder aprender de ellos y que cuando se produzcan experiencias similares podamos superarlas.
El ejemplo, lo tenemos ayer en el partido de Champions entre Bayern-Barça. Los alemanes son un equipo hecho, construido y forjado durante la última década. En frente, estaba un equipo en proceso de construcción, con jugadores nuevos, muchos de ellos muy jóvenes e inexpertos en una competición de altísimo nivel. Y cuando delante tienes un enemigo terrible, los fallos suelen ser fatales para el devenir del resultado final. Desde esa óptica, cuando se realiza la autocrítica necesaria, entendiendo que hubo cosas positivas, pero otras que necesitan mejorarse, se puede seguir creciendo. Todas las derrotas duelen, pero si se integran y se aprende la lección que traen, ayudan a crecer.
“La confianza se gana, el valor se entrega y los conceptos se aprenden. Día a día mejoramos y vamos construyendo un activo, aunque esto no parezca estar dando sus frutos. Hasta que un día, de repente, alcanzamos el éxito de la noche a la mañana. No quiero decir que “poco a poco”, no sea importante. De hecho, es la única parte que realmente importa.”
(Seth Godin)
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