La primera pregunta del coaching (PARTE 1)
Es la conexión, estúpido
Hace un par de semanas, escribía un post sobre “las 7 preguntas para hacer coaching” y liderar equipos. En él explicaba que más allá de la importancia de las preguntas, lo que definía una buena conversación de coaching era saber utilizar los silencios y escuchar más allá de encontrar la pregunta ideal. Sin embargo, ayer leía una entrevista que le hacían a un amigo misionero y decía: “lo natural en el hombre, es que un corazón hable a otro corazón”. Y creo que esa es la cuestión clave: ¿cómo llegar al corazón de la otra persona cuando conversamos con una persona o cuando queremos hacer equipo?
La realidad es que conversar desde el corazón es una tarea compleja, al menos para mí. Por mi naturaleza, suelo utilizar la racionalidad, el sentido común, la lógica, el análisis y la reflexión. Sin embargo, ninguna de estas virtudes, necesarias en el día a día de cualquier persona, equipo u organización, sirven de manera eficaz para conectar con otras personas. Se necesita otro tipo de diálogo o conversación. Parafraseando la famosa sentencia de Bill Clinton en la campaña electoral de 1992, «Es la economía, estúpido», en una conversación de coaching o cuando queremos hacer equipo o desarrollar el liderazgo, podríamos afirmar que la clave es la CONEXIÓN. De ahí, el agresivo subtítulo que encabeza este post.
¿Cuáles son tus hobbies?
Para poder conectar necesitamos hablar desde lo que somos. Y lo que somos son nuestras aficiones, hobbies, valores, cualidades… Todo eso nos permite entablar una conversación: cuál es mi libro favorito, qué canción me emociona, qué deporte practico, cuándo fue la última vez que me emocioné con una película, cuál es la ciudad a la que deseo volver, qué persona admiro y por qué…Cualesquiera de estas cuestiones sirven para iniciar una conversación. Desde aquí se puede conectar, porque sale la emoción y toca nuestra fibra más sensible.
Sin embargo, en las empresas y organizaciones esto no se destila. De hecho, sigue habiendo muchos directiv@s que olvidan compartir esta parte más íntima y personal con sus equipos. Priorizan la razón, los resultados, la estrategia, la planificación, etc. Y todo eso es necesario e imprescindible para alcanzar los objetivos deseados, pero no conecta. Necesitamos crear espacios (y no me refiero a salas maravillosas con sillones cómodos y paredes de colores con futbolines, mesas de ping pong y con fuentes de frutas) dónde poder conversar y hablar de lo que somos y de lo que hacemos.
¿Cuál es tu debilidad?
Sin embargo, la verdadera conexión se produce cuando mostramos nuestra vulnerabilidad. Cuando somos capaces de mostrar nuestros errores, de reconocer nuestros fallos, de aceptar nuestras debilidades… Esta es la prueba de la confianza. Significa que la otra persona se abre definitivamente, que el equipo se muestra tal y como es. El reconocimiento de nuestra vulnerabilidad hace aflorar nuestra autenticidad.
Este es el gran problema que existe en las empresas y organizaciones. Todos caminamos con una armadura de superhéroe que, en lugar de acercarnos al otro, nos aleja. La perfección con la que queremos adornar cualquiera de nuestras profesiones nos impide conectar con los demás. Somos tan buenos en todo lo que hacemos, tan estupendos en nuestros comportamientos… que pensamos que así podemos ocultar quiénes somos realmente, o qué es lo que nos sucede.
Coaching para conectar con las emociones
De esta forma, solemos negar nuestras emociones o al menos las mantenemos ocultas, para no mostrar lo que realmente nos sucede. Sin embargo, para reconocer nuestra vulnerabilidad necesitamos identificar, gestionar y aceptar nuestras emociones. Es por esta razón, por la cuál es necesario entrar en el mundo de las emociones, y tener un mapa que nos sirva para orientarnos. Saber identificar qué emoción sentimos, cómo gestionarla para dar una respuesta más inteligente, es vital para saber manejar lo que nos sucede. Veáse la película Inside Out (Los sentimientos y las emociones)
“Las emociones muestran la vulnerabilidad esencial del hombre.”
(Victoria Camps)
En el próximo post, te explicaré qué sucede con las personas desmotivadas y por qué ellos deberían ser los primeros con los que mantener una conversación de coaching.
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