¿Qué hacemos con los desmotivados?
Desmotivación, falta de compromiso, infelicidad
Tres cuartas partes de los trabajadores de todo el mundo afirman estar insatisfechos, molestos o desmotivados con su trabajo. Sólo cuatro de cada diez trabajadores se muestran comprometidos a la hora de realizar un esfuerzo adicional en sus trabajos. Y, en España, sólo el 22% de los trabajadores se muestran felices en sus puestos de trabajo.
Desafortunadamente hay mucho desmotivado e insatisfecho con su entorno laboral. Las quejas se centran en el salario, en los jefes, en la poca atención que reciben de sus organizaciones, en la falta de reconocimiento, o simplemente porque no encuentran sentido al trabajo que realizan. El único objetivo de la mayoría de estas personas es conseguir jubilarse anticipadamente, ya que no encuentran ningún aliciente a su trabajo.
La cuestión es ¿qué hacemos con tanto desmotivado?, ¿podemos aprovechar tanto talento desperdiciado?, ¿cómo podemos activar su motivación para fomentar de nuevo el compromiso con sus equipos?
¿Cómo tratamos a los desmotivados?
Uno de los objetivos prioritarios para cualquier equipo, empresa u organización debería ser recuperar a los desmotivados. Porque cuando una persona pierde su motivación, su entusiasmo, su energía y su voluntad de aportar lo mejor de sí mismos, los equipos pierden mucho: participación, conexión, creatividad, compromiso… Y también dinero, mucho dinero. La cuestión es ¿cómo hacerlo?
Descubre las razones de su insatisfacción, escúchale.
Debemos profundizar en el “iceberg de la motivación”. Y para ello es fundamental hablar con el desmotivado. Comunicarnos con él, escuchándole para comprender qué es lo que le ha llevado a esa situación.
Puede ser por múltiples razones: no le gusta lo que hace, no se siente recompensado, tiene una mala relación con el jefe o sus compañeros, no se han cumplido sus expectativas, ha caído en la rutina por falta de nuevos retos…
Influye y persuade, no intentes motivar
No puedes motivar a un desmotivado, acudiendo a los socorridos incentivos económicos. La motivación va de construir las condiciones necesarias para que una persona pueda sacar lo mejor de sí mismo. Para ello, lo primero es conectar con las emociones del desmotivado, e influirle y persuadirle, a través del ejemplo.
El líder o responsable del equipo requiere estar motivado con uno mismo, tener claro el objetivo, tener una actitud de querer solucionar los retos, conocer a las personas para saber que resortes puede tocar para activar la motivación y dar continuidad a las acciones que permiten mantenerla activa.
Rodéate de personas responsables
El trabajo de la motivación es una responsabilidad compartida. Es decir, tanto el que “motiva” como el que “es motivado” debe realizar su trabajo. Un desmotivado debe conocer qué es lo que le sucede, indagar en las causas de su desmotivación y qué es lo que podría activar su motivación.
Para que una persona pueda volver a motivarse, debe mostrar cierto equilibrio y madurez personal. Entender cuál es la situación que está provocando su desmotivación y hacerse cargo de ello. Ser responsable, no víctima de las circunstancias por muchas razones que existan para estar así.
Cuando una persona odia su trabajo…
Por último, si una persona no le gusta lo que hace, por mucho que se le gratifique, siempre estará insatisfecha. En ese caso, la solución pasa por buscar un nuevo puesto o trabajo, o incorporar nuevos alicientes, que le permitan activar su motivación.
“La estrategia del palo y la zanahoria es un motivador persuasivo. Pero si uno trata a las personas como borricos, ellos actuarán como tales.” (John Whitmore)