¿Cómo aseguramos resultados en los equipos? (Primera parte)

El mayor peligro de un equipo

Hay un principio militar muy útil que se puede aplicar a la construcción de equipos. Reza así: prepararse para la hipótesis más probable, pero adoptar la seguridad según la hipótesis más peligrosa. En relación a un equipo, podemos asumir como hipótesis más probable el hecho de formar un equipo permitirá obtener mejores resultados. Mientras que la hipótesis más peligrosa es no conseguir los objetivos propuestos.

En la gestión de equipos, el aspecto más importante es la consecución de los objetivos o metas. Y todo lo que hagamos deberá ir orientado a conseguir determinados resultados que nos acerquen a dichos objetivos. En suma, el objetivo principal de un equipo debe ser asegurar unos resultados que les permita sobrevivir.

Compromiso público

Uno de los elementos más inquietantes y que más desazón provocan en una persona o, por extensión en un equipo, es la asunción de determinados retos, y su manifestación pública. Lo podemos comprobar cada vez que una persona pública asume un cargo de responsabilidad. Nadie es capaz de asegurar un resultado determinado. Ningún entrenador puede decir voy a ganar la Champions, o un político va a aseverar que terminará con el desempleo, o un equipo se va a exponer a la ira de otro rival declarando que va a pasarle por encima.

Sin embargo, los equipos que se comprometen públicamente con unos objetivos concretos tienen más probabilidades de lograrlos. Porque cuando declaramos ante otras personas que queremos algo, manifestamos nuestra voluntad por conseguirlo y nuestro compromiso es mayor. Nos obliga a dar algo más. Y cuando damos algo más, aunque sea un 1%, el rendimiento mejora de forma exponencial.

Objetivos ambiciosos y realistas

La mayoría de las personas son conscientes de que cuando se fijan objetivos ambiciosos, su rendimiento mejora. De hecho, sabemos que las personas son capaces de dar mucho más de lo que rinden. La mayoría de personas trabajan en función de lo que creen que pueden, no en lo que realmente pueden.

El problema reside cuando se establecen objetivos imposibles. Cuando esto ocurre, tiene un efecto negativo sobre el equipo, debido a que puede hacer caer la motivación. Por tanto, fijar objetivos ambiciosos y que el equipo los acepte es un arte, donde la persuasión debe ser una cualidad del líder.

Diálogo y debate previo

Para que un equipo se adhiera a la consecución de un objetivo ambicioso, y ponga su atención en los resultados, antes a de haber habido un debate intenso y haber llegado a un alineamiento de todo el equipo. No es posible llegar al compromiso sincero si no se ha dialogado y debatido previamente sobre lo que se quiere lograr.

Cuando el equipo está alineado funciona como una totalidad. En cambio, cuando las personas de un equipo no actúan en armonía, se desperdicia energía. Y para conseguir este alineamiento es necesario promover el diálogo, la discusión, el respeto y la escucha a todas las personas.

La planificación es indispensable

Decía Eisenhower que “En la preparación para la batalla he encontrado que los planes son inútiles, pero la planificación indispensable.” El trabajo de planificación consiste en dividir el propósito, materializado en la visión que queremos lograr en el largo plazo, en divisiones sucesivas hasta llegar a las acciones concretas.

Más sencillo, planificar es definir qué es lo que hay que hacer hoy, para lograr lo que queremos conseguir en un futuro. Y para eso es necesario establecer las metas intermedias, definir unos objetivos medibles y ejecutar unas acciones con fecha de realización concreta.

“Los resultados son la llave de nuestra supervivencia” (Peter Drucker)

El peligro – Revolver