Incentivos económicos y buen ambiente

Pan y circo

Esta fue la receta que los diferentes gobernantes de la Antigua Roma utilizaron para contener a las masas y evitar posibles sublevaciones. El Estado compraba el trigo a un precio más bajo que el de mercado para distribuirlo entre la plebe. Y entretenía a las masas con todo tipo de espectáculos y juegos.

Han pasado más de 2.000 años y en muchas empresas se sigue recurriendo a la misma receta, para mantener anestesiados a gran parte de sus trabajadores. Seguridad económica con salarios e incentivos económicos y buen clima laboral a través de fiestas, actividades lúdicas, etc. La pregunta del millón: ¿es suficiente con “pan y circo” para mantener la motivación de un trabajador?

Los incentivos económicos

Es necesario partir de la base, que necesitamos tener cubiertas ciertas necesidades, lo que Maslow definió como fisiológicas y de seguridad (vivienda y empleo). Y cualquier política motivacional de empresa tiene que cubrir este factor.

Sin embargo, existen diferentes experimentos que han demostrado que una política motivacional basada en incentivos económicos puede resultar contraproducente, y no conseguir los efectos deseados. Por lo tanto, ¿por qué las comisiones de ventas siguen siendo el instrumento fundamental para motivar a los vendedores?

Existen empresas como Microchip Technology o Glaxo Smith Kline que comienzan a plantearse eliminar o reducir dichos incentivos consiguiendo de este modo:

  • Eliminar que los trabajadores actúen en beneficio propio.
  • Fomentar la colaboración entre departamentos
  • Ahorrar tiempo a los directivos en resolver disputas sobre compensaciones
  • Mejorar el servicio de los vendedores al cliente, poniendo el foco en el servicio y no en la ganancia económica.

Tarjetas de felicitación, copas y diversión

En los últimos años, diferentes estudios han demostrado que tener empleados felices aumenta la productividad de una empresa. De hecho, el buen clima es uno de los principales factores de motivación de los empleados, y un indicador del grado de felicidad. Sin embargo, no todo es válido para conseguir el buen clima y, por ende, la felicidad del trabajador.

El buen ambiente no se consigue solamente con enviar tarjetas de felicitación de cumpleaños, ni montando fiestas y actividades lúdicas. Tiene que ver con mejorar el compromiso con la empresa, la cohesión, el trabajo en equipo, la empatía y el buen humor.

Y para eso, es necesario aprender y desarrollar nuevas habilidades relacionadas con la inteligencia emocional. Por ejemplo, el autoconocimiento, la gestión emocional, la empatía, la asertividad, la serenidad, la resiliencia, la adaptabilidad…

Liderazgo con propósito

La táctica de “pan y circo” funcionó durante el Imperio Romano, para mantener la paz social. Pero el pueblo de Roma olvidó el sueño de una democracia republicana. Y ese es el gran peligro: olvidar el propósito, desconectarse de un proyecto compartido y mayor a uno mismo.

La política motivacional de una empresa o equipo no puede estar basada solamente en unos incentivos económicos atractivos y un buen ambiente laboral. Por supuesto, son necesarios como factores “higiénicos”, tal como los definió Frederick Herzberg.

Sin embargo, tiene que haber algo más, algo que permita conectar al equipo con algo más grande que ellos mismos. Un proyecto compartido con un propósito claro y definido, que de sentido al trabajo.

“Nada nos lava el cerebro y nos esclaviza más que el resplandor del espectáculo” (Séneca)

Bob Seger – Against the wind