14 actitudes positivas para el trabajo en equipo (2ª PARTE)

 

En el anterior post, describíamos las siete primeras actitudes positivas necesarias para el trabajo en equipo: la participación, la pasión, la atención a los detalles, la positividad, la alegría/buen humor y la capacidad para relativizar todo. A continuación, describimos las otras seis actitudes que permitirán mejorar el trabajo en equipo, y transformar grupos en equipos.

 

8. Responsabilidad: el responsable

Jim Collins en su trilogía “Empresas que perduran, empresas que sobresalen y empresas que caen”, destaca la importancia de contar en los equipos con «personas adecuadas». Son aquellas personas responsables que se hacen cargo de su trabajo. Que no necesitan ser motivadas por nadie, porque su motivación nace por querer alcanzar logros o porque disfrutan del trabajo que realizan. Los equipos necesitan personas responsables, que sepan dirigirse a sí mismas y que estén “auto-motivadas”.

 

9. Aprendizaje: el aprendiz

Hace unas semanas escuchaba al famoso abogado, Antonio Garrigues Walker que con la edad de 85 años sigue en activo, y proclamaba que una de las claves para mantenerse era seguir aprendiendo. Admiramos a las personas que muestran una capacidad continua de aprendizaje, y más si son grandes líderes. Son las personas que preguntan, que muestran curiosidad por saber y una mirada inocente ante las cosas.

 

10. Sabiduría compartida: el sabio humilde

En todos los equipos debería haber al menos un sabio humilde. Por ejemplo, el fundador de IKEA, Ingvar Kampar, seguía conduciendo su Volvo 240 de más de 20 años de antigüedad hasta el final de sus días y con una fortuna de 65.000 millones de euros. Además, ofrecía sus consejos a sus empleados recordándoles que debían ahorrar todo lo que pudieran. Son las personas que desde su sabiduría basada en la experiencia son capaces de compartir todo su saber y talento con el resto. Son personas que no te miran por encima cuando hablan, sino que les mueve el interés para que tú aprendas y son capaces de ponerse a tu nivel.

 

11. Valentía: el atrevido

«Sin riesgos en la lucha, no hay gloria ni victoria». Esta cita del dramaturgo francés del siglo XVII, Pierre Corneille, refleja la necesidad de contar con este tipo de personas en los equipos. Las personas valientes y atrevidas son las que dan un paso adelante cuando las cosas se ponen feas. Son los que desafían al miedo y toman decisiones necesarias para avanzar.

 

12. Sentido común: el sensato

La ignorancia es muy atrevida, y en los equipos sobra ignorancia y falta sentido común, madurez y reflexión. Las personas sensatas son las que muestran un grado de madurez y racionalidad, no exenta de emocionalidad, que permite mantener el equilibrio, sin llegar a comportamientos estridentes o fuera de lugar. Lo dijo Aristóteles, en el punto medio está la virtud.

 

13. Transformación: el camaleón

En un mundo tan cambiante y complejo como el actual, los equipos necesitan personas que se adapten con rapidez a las circunstancias. O incluso, que sean capaces de adelantarse a los cambios, y que no vean éstos como el fin del mundo, por el miedo a perder algo. Las personas camaleónicas o transformistas son aquellas que mudan de piel y son flexibles ante los desafíos que les plantea la vida. Un ejemplo lo encontramos en el libro de Martí Perarnau, La Metamorfosis, dónde explica cómo el entrenador Pep Guardiola, ha ido incorporando nuevas competencias y mezclando diferentes estilos de juego, para hacer a sus equipos más competitivos.

 

14. Visión compartida: el caminante

Hay un poema del escritor Eduardo Galeano en el que se pregunta para qué sirve la utopía. Y responde que la utopía nos sirve para seguir caminando. Podemos definir la visión como “la utopía de los equipos”. Un equipo necesita líderes “caminantes” que persigan la visión, que la recuerden y la compartan continuamente con el resto.

 

Es necesario que en los equipos se fomenten este tipo de actitudes positivas y comportamientos, y fijarnos en aquellas personas que las practican. Son estas personas las que permiten ser el contrapeso a los “sabelotodo”, los “quejas”, los “negativos”, los “arrogantes”, los “pasotas”, los “amargados”, los “cínicos” y los “controladores”. Siempre está en nuestra mano, elegir qué tipo de actitud queremos mostrar.

 

“Todo se puede tomar de un hombre, excepto una cosa: la última de las libertades humanas: elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias, elegir su propio camino.” (Viktor Frankl)

 

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