¿Sabes cuáles son las fases del aprendizaje basado en problemas?

13 de Julio de 2014, Argentina acaba de perder la Final de la Copa del Mundo ante Alemania, después de 120 minutos de juego. Como en todas las finales de un gran acontecimiento deportivo, la gloría es para los campeones. Pero y ¿qué sucede con los que pierden?, ¿cómo superan esa adversidad?, ¿cómo vuelven a motivarse?. ¿Existe de verdad el aprendizaje basado en problemas, el fracaso o la adversidad?

En aquella final, el capitán de la albiceleste era Leo Messi, pero quien lideraba a aquel equipo era Javier Mascherano. Cuando le preguntaron que aprendió de aquella Final, Mascherano respondió:

“¿Para qué te sirve perder la Final de un Mundial? En lo deportivo, para nada. Es un dolor eterno. La perdiste y es muy difícil que tengas revancha. Pero en la vida sirve de mucho. Tienes dos opciones, entrar en pensamientos recurrentes sobre por qué la perdí, o decirte a ti mismo: qué increíble haber llegado hasta acá.”

Cualquier deportista que ha vivido una situación similar (perder una final, un campeonato, o una medalla) puede identificarse con la primera parte de la respuesta. Lo complicado es saber extraer algo positivo de lo que ha sucedido y que se pueda aplicar a la vida. Ese es el reto, el aprendizaje basado en problemas, en el fallo, en el fracaso. Y ahí es cuando surge la pregunta ¿he aprendido de lo que sucedió?.

Todos perdemos algo alguna vez

Obviamente, no hace falta irse tan lejos, ni buscar una situación como la que vivió Javier Mascherano. Porque esa situación de frustración, de dolor, de pena, de rabia, la podemos encontrar siempre que perdemos algo.

Puede ser una pareja, un amigo, un trabajo, la salud, un suspenso en un examen, unas oposiciones que no apruebas o un trabajo que no consigues quedándote a las puertas… Al final, aparece un cúmulo de emociones y sentimientos muy parecidos: frustración, tristeza, rabia, pena, enfado…

El duelo

El duelo es “un puente entre una vida y otra nueva que está por venir”. Sin embargo, ni tiene fecha de vencimiento, ni una receta que nos diga cómo pasarlo.Dure lo que dure, llega un momento en el que has tocado fondo. Cuando la negación, la rabia, el enfado han pasado, y se ha instalado en ti una enorme tristeza. Permitir esa emoción es necesario para superar el duelo por una pérdida.

El peligro está en que esa emoción no se convierta en un estado de ánimo permanente en el tiempo, y entremos en una depresión. Cuando llegamos a ese punto límite, sólo nos quedan dos opciones, como le sucedió a Mascherano: o continuamos viviendo en el sufrimiento, y en la pregunta perenne de por qué me sucedió esto a mí, o decidimos renovar nuestra actitud y comenzar a ver la botella medio llena.

La aceptación para superar el duelo

Hay momentos, en los que tienes que aceptar un nuevo orden, una nueva situación que no esperas. Hay decisiones de otros o situaciones que te trae la vida, que te sorprenden y que no te dan opción. Cuando has perdido una final, un trabajo, la saludo o el amor… no te queda más remedio que enfrentarte a esa situación para superar lo que has perdido.

Ahí es cuando se demuestra la pasta de la que estás hecho, cuando te tienes que enfrentar a una adversidad. Ese es el verdadero desafío: someterte a esa situación y salir adelante. Ser valiente para aceptar esas circunstancias que no puedes cambiar y ser capaz de cambiarte a ti mismo, renovarte.

Es en ese momento, cuando aceptas que estás mal, y que no puedes cambiar la circunstancia que te ha tocado vivir. Pero sin embargo, si que puedes hacer algo que está en tú mano, cambiar tu actitud. Ahí es cuando comienza la aceptación. Es entonces cuando empiezas a valorar lo bueno que viviste y a ponerlo en una balanza que permita equilibrar lo negativo y lo que te lastraba.

Tú decides cuánto tiempo quieres sufrir

Obviamente, cuando estás jodido, estás jodido. No creo que sea tan fácil cambiar un pensamiento negativo por otro positivo. Es un tiempo que hay que pasarlo. Lo que si está en tú mano, es decidir cuanto tiempo quieres sufrir: el dolor nos viene dado, el sufrimiento lo elegimos nosotros. Cuando decidimos acabar con el sufrimiento, es cuando comenzamos a cambiar nuestra actitud, y a ver la botella medio llena. ¿Cómo? Buscando lo positivo que dejó esa experiencia dolorosa, porque algo bueno dejó en el camino, aunque el final no fuera el deseado.

Para Mascherano, lo positivo fue el comportamiento del grupo, la creación de un equipo, el camino que recorrieron hasta llegar a la Final, los valores que quedaron…Nada de eso les devolverá la Copa que perdieron, porque cómo el reconoce “sigue pensando cada día en esa final”. Lo que permite esa conciencia de lo positivo es pasar página, y encontrar algo positivo, con lo que ponerse otra vez en camino.

Coaching RegaloEl regalo inesperado

Hay una última fase del duelo, cuando ya se ha superado y se ha vuelto a la normalidad. Cuando hemos aceptado la pérdida, y aparece el regalo inesperado. Ahí nos damos cuenta de la lección que teníamos que aprender en la vida, y por la cual sucedió esa pérdida. Entonces aparece un agradecimiento porque gracias a eso que me sucedió, aprendí algo.

“El regalo inesperado aparece cuando hemos aceptado la pérdida, y hemos vuelto a la normalidad.”

Jacobo Parages es un ejemplo de superación ante la adversidad. En su libro «Lo que aprendí del dolor», descubres cómo ha ido superando diferentes obstáculos que la vida le ha ido poniendo en el camino. Ante la adversidad que supuso una enfermedad crónica con la que convive desde hace más de 20 años, Jacobo da las gracias a su enfermedad. Porque gracias a ella descubrió el mayor regalo que le podía hacer la vida, y es vivirla al 200%, logrando retos y objetivos aparentemente inalcanzables…Ese es el gran regalo oculto, que se esconde detrás de una pérdida, la cuestión es saber mirar, y tener la valentía para ir más allá, superar el obstáculo y poder aprender la lección.

«No importa en qué punto de la vida te encuentres. Siempre hay un viaje por delante» (Nelson Mandela)

Oasis – Don´t look back in anger

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