El amor, una emoción y una motivación
El amor es una de las grandes motivaciones de nuestra vida. Es un deseo que permanece latente dentro de nosotros, y que en el momento más inesperado enciende nuestra pasión, y nos vuelve locos durante algún tiempo. Siempre está ahí, detrás de la necesidad de pertenencia o de afiliación, que nos contaba Maslow en su famosa «pirámide de las necesidades«.
El amor puede aparecer en cualquier momento, aunque a veces parezca un volcán sin aparente actividad. Cuando llega nos desborda, nos desequilibra, y cometemos las mayores locuras que nunca hubiéramos podido imaginar. Y lamentablemente cuando se va, también nos provoca grandes emociones que nos quitan la energía y nos pone en una situación por la que nunca querríamos pasar.
“El amor tiene un efecto directo e inmediato sobre nuestra motivación: o nos eleva a los altares de la gloria o nos baja a las calderas del infierno.” |
Por lo tanto, sería conveniente que supiéramos gestionar todas esas emociones, que aparecen cuando llega y se va el amor. Sin embargo, en muchos casos, y me incluyo, no hemos recibido una enseñanza de cómo gestionar nuestras emociones.
Cómo gestionamos la emoción/sentimiento del amor
Que yo recuerde, ni en el colegio ni el instituto tuvimos clases de cómo relacionarnos con otras personas. No nos enseñaron a cómo identificar y expresar lo que sentíamos. Tampoco qué hacer o cómo reaccionar ante situaciones que nos desbordaban, como cuando nos enamorábamos o sufrimos un batacazo sentimental. En esa ignorancia a la hora de gestionar nuestras emociones, se encuentra uno de los grandes problemas que arrastramos en nuestra vida.
Nadie nos educó en esta materia, cuando es probablemente, una de las más importantes de nuestra vida. Es una asignatura de evaluación continua que nunca se termina de aprobar, y en la mayoría de los casos solemos suspender una y otra vez. En vez de eso, nos vendieron un cuento de princesas y de príncipes. Porque probablemente, nadie les enseñó a nuestros padres o a nuestros profesores que había otra inteligencia que deberíamos aprender. Y así, a medida que fuímos creciendo comenzaron “todos nuestros males” (1), sin saber como gestionar esas emociones y las situaciones ante las que nos vemos inmersos.
“Nadie nos avisó de cómo gestionar esto, y en el fondo, los problemas de amor o de desamor, no son otra cosa que una gran ignorancia a la hora de saber manejar nuestra inteligencia emocional. ” |
Utilizar nuestra inteligencia emocional
Cuando hablamos de amor, hablamos de todas las áreas de las que se compone nuestra inteligencia emocional:
- Conocernos mejor, saber quiénes somos y qué queremos.
- Saber gestionar nuestras emociones, evitando los vaivenes emocionales.
- Tener clara nuestra motivación, conocer el para qué y el propósito de nuestras relaciones.
- Liderar nuestra vida hacía el lugar dónde queremos estar.
- Valorarnos y confiar en nosotros mismos, fortaleciendo nuestra autoestima.
- Ser más asertivos, mejores conversadores, respetar las necesidades de otros, ser más empáticos…
En fin, ser más inteligentes en la otra inteligencia que tenemos dormida, porque nadie nos la enseño. Y ahora nosotros preferimos no aprenderla.
“Quizá el amor con mayúsculas, llegue cuando no tengamos la necesidad de comprar un cuento de princesas del que cada vez estamos menos convencidos.” |
«Todo amante, es un soldado en guerra» (Ovidio)
Hungry Hearts (Bruce Springsteen)