Y tú, ¿qué le pides a los Reyes Magos?

Juzgar menos y aceptar más

Se acerca la Noche más mágica del año, en la que de pequeños esperábamos que los Reyes Magos hicieran realidad nuestros sueños. Este año, seguramente, la mayoría le pedirá a Sus Majestades, que terminen con esta pandemia. Pero, quizá deberíamos centrarnos más en qué podemos hacer nosotros en lugar de esperar la ayuda divina, para hacer más habitable y humano esta realidad que estamos viviendo.

 

Por ejemplo, podemos comenzar con un “juzgar menos y aceptar más”. Uno de los fenómenos más preocupantes que hemos vivido durante el 2020 ha sido la tendencia al juicio precipitado y la censura inmediata. Hemos caído en la trampa de condenar aquello con lo que no comulgamos. Y en muchas ocasiones nos hemos dedicado imponer desde nuestro atril lo que se debe y no se debe hacer. Nos hemos radicalizado en la defensa de nuestras ideas o pensamientos que defendemos como verdad absoluta. Señalamos y acusamos sin misericordia a todo aquel que piensa, siente o actúa distinto.

 

Esto ha sucedido siempre, aunque en esta época de extremismos y radicalismos, se ha acentuado. Da igual si hablamos de política, deporte o tratamos algún tema controvertido en nuestro ámbito personal o profesional. Deberíamos escuchar más. Comprender más. Empatizar más. Hablarnos más desde el respeto. Darnos cuenta que querer tener razón siempre, es una disfunción. Porque nuestro punto de vista es sólo una forma de entender la realidad. Tendríamos que grabarnos a fuego esta cita de I. Kant: “Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros.”

 

Leer más y ser menos arrogantes

Dice el profesor Javier Fernández Aguado: “Es habitual juzgar que la época que a cada uno le toca vivir es la más compleja. Esto habla más de la arrogancia que de los tiempos.” Sí algo nos ha enseñado la Historia es que todo pasa y todo ya se ha vivido. Las circunstancias y contextos han cambiado, pero los comportamientos y conductas del hombre siguen siendo similares.

 

La arrogancia y el egocentrismo del ser humano hace que pensemos y juzguemos que vivimos tiempos únicos donde el concepto VUCA es más VUCA que nunca. Olvidándonos de épocas inmensamente más volátiles, inciertas, complejas y ambiguas. Como, por ejemplo, el convulso siglo XX, con dos guerras mundiales, movimientos fascistas, regímenes comunistas totalitarios, guerras civiles, nacionalismos, pandemias, catástrofes nucleares, revoluciones científicas y tecnológicas, etc.

 

Por eso, es más necesario que nunca, leer a nuestros clásicos, filósofos y pensadores. Sumergirnos en la Historia y la Filosofía, para entender y comprender, que todo ya ha pasado y, además, ya está escrito. Extraer las lecciones que nos dejaron para no cometer los mismos errores. Ya sabemos el dicho: “un pueblo que no aprende de su Historia, está condenado a repetirla.”

 

Conocernos más e indagar qué queremos realmente

Una de las causas de nuestros mayores sufrimientos y desvelos se origina en el hecho de que no sabemos qué queremos. Y tampoco conocemos para qué lo queremos. Nos dejamos obnubilar por deseos, objetivos o intereses, sin haber analizado para qué queremos “eso” o evaluado el precio que debemos pagar por ellos. Y es aquí, dónde radican la mayoría de nuestros males. Porque no hemos sabido definir qué queremos (el objetivo) y para qué queremos lo que queremos (el propósito).

 

En un pasaje de la obra Fausto, de J.W. von Goethe, el protagonista se pregunta: “¿Es el pergamino una fuente sagrada de la que un sorbo saciará nuestra sed para la eternidad? No, no repararás tu sed si la bebida no brota de ti mismo.”  Y es dentro de cada uno de nosotros dónde se encuentran las respuestas que buscamos en épocas de crisis, de incertidumbre o de dudas. Necesitamos preguntarnos qué queremos, qué nos hace disfrutar, qué talento disponemos y ponemos al servicio de otros.

 

Así como encontrar la razón de ser de nuestro objetivo, el para qué hacemos lo que hacemos. Algo que va más allá del dinero, la fama, el éxito, el reconocimiento o la aceptación. Algo que tiene que ver con lo que aportamos al mundo, lo que gana la gente con la que nos relacionamos cuando hacemos lo que hacemos. A través de un mayor autoconocimiento de uno mismo, podemos ir descubriendo nuestra esencia, lo que realmente somos. Y esto se descubre, viviendo, experimentando la realidad que nos toca vivir cada día.

 

Regalos para pedirle a los Reyes Magos

  • Para juzgar menos y aceptar más. Recomiendo ver la película “12 hombres sin piedad” con Henry Fonda, para entender que debemos incluso dudar de aquello de lo que estamos seguros, antes de emitir cualquier juicio.

 

  • Para leer más y ser menos arrogante. Recomiendo la lectura de 2 libros: “La Peste” de A. Camus y “Un hobbit, un armario y una gran guerra” de Joseph Loconte, para darnos cuenta qué un filósofo y un historiador nos pueden hacer recordar situaciones que ya han sucedido y qué podemos aprender de ellas.

 

  • Para conocernos más e indagar en qué queremos realmente. Recomiendo la película y la novela El Manantial” de Ayn Rand, para ayudarnos a entender cómo de vital resulta en nuestra vida elegir con tino el objetivo y tener claridad en el propósito, para poder alcanzar aquello que realmente deseamos.

 

 

“Antes de hacer las cosas para la gente, tienes que convertirte en el hombre que puede hacer cosas; y para hacer cosas tiene que gustarte hacer lo que haces.”

(El Manantial, Ayn Rand)

 

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