Los valores son verbos
Dice Simon Sinek en “La clave es el por qué”, que los valores que te guían para que sean realmente efectivos deben ser verbos. No se trata de “integridad” sino de hacer siempre lo correcto, ni de “innovación” sino de mirar el problema desde un ángulo diferente.
El problema con los valores es que no los ponemos en práctica. Son un claro reflejo de nuestra falta de coherencia, y cómo explicaba en mi anterior post, cuando no somos coherentes nuestra confianza se resiente.
“La cuestión a nivel individual se traduce en preguntarnos sí podemos guiarnos en la vida conforme a nuestros valores. Sí podemos mantener cierta coherencia entre lo que formulamos y lo que practicamos. O simplemente debemos asumir que nos falta coherencia entre lo que decimos y hacemos.” |
Los valores en la empresa
Los valores son una cuestión de fondo, de estilo, es lo que define la cultura de una empresa o un equipo. Es lo que hace que sea reconocible y admirado (o que nos avergoncemos). Los valores son el cómo hacemos lo que hacemos, porque no vale todo para conseguir los objetivos.
El primer problema con los valores radica en que en las empresas o en los equipos simplemente nos limitamos a mostrarlos en un poster que adorna los pasillos de la oficina. Pero no se practican, mejor dicho, se practican otros. En ese caso, muy común en casi cualquier empresa por desgracia, su validez es nula. E incluso contraproducente alardear de ellos.
Sin embargo, los valores lo impregnan todo. Por ejemplo, la película American Gangster de Ridley Scott es un magnífico ejemplo para observar los diferentes valores que mueven a los personajes que aparecen en esta historia.
Cuando entran en juego los valores
Imagina que estás en un trabajo dónde tu jefe no es justo o equitativo entre los diferentes compañeros del equipo. Y para ti, como para la mayoría de las personas, la justicia es un valor fundamental. ¿Cómo te sientes?, ¿qué emoción asoma en tu interior?
La emoción inmediata es la ira, el enfado…Nos sentimos agredidos, han traspasado una de nuestras líneas que no permitimos que se transgreda. Probablemente detrás de esa ira, haya otras emociones, pero la inmediata es la rabia.
“Así que cuando nos enfademos por algo, atentos porque es probable que estén atacando un valor relevante..” |
Cuando Frank Lucas (Denzel Washington), uno de los protagonistas principales de American Gangster, jefe de la mafia de Harlem en los años 70, observa cómo alguno de los miembros de su familia viste de forma llamativa o actúa de forma opulenta, monta en cólera, y exige que regresen a un estilo de vida sencillo. El valor de la sencillez era vital para mantenerse alejado de la atención de la policía. Y también porque había aprendido esa virtud de su antecesor.
La falta de coherencia entre los valores profesados y los practicados
Sí valoro la independencia y autonomía, y me siento controlado por mi jefe, difícilmente podré desarrollar mi trabajo con plenitud. Sí la sociabilidad es un valor clave para mí, y no se fomenta el trabajo en equipo, terminaré desenganchándome de ese trabajo.
“La cuestión es qué hacemos cuando aparece esa falta de coherencia: nuestros valores no se respetan, pero seguimos en el mismo trabajo.” |
O qué sucede cuando no somos capaces de cumplir aquellos valores que defendemos. Algo que también le sucede a Frank Lucas, cuando comienza a vivir de forma opulenta y ostentosa…
“Nuestro problema no es encontrar mejores valores, sino ser fieles a aquellos que profesamos”.
(John W. Gardner)