¿POR QUÉ ES NECESARIO RECONOCER Y CELEBRAR LOS LOGROS?
El halago debilita…
Recuerdo que esta frase la solía repetir noche tras noche un famoso periodista deportivo en los años 80 y 90. Aunque las cosas han cambiado mucho en las últimas décadas, en el mundo laboral, sobre todo en algunas empresas y sectores, siguen existiendo personas que les cuesta reconocer los logros alcanzados por otras personas. Y justifican esta creencia, preguntándose “¿por qué tengo que reconocer y/o agradecer el trabajo de alguien cuando es su trabajo y le pagan por eso?”, o “es mejor evitar reconocer o halagar a una persona porque podría ser un problema si más tarde tienes que reprenderla” por ejemplo.
Sin embargo, uno de los factores que más desmotivan en los trabajos, es precisamente este: la falta de reconocimiento. Una persona necesita sentir que su trabajo es importante, que su contribución es valiosa. Si sólo criticamos o ponemos el foco en lo negativo, la comunicación deja de fluir y la relación se deteriora. Parece bastante obvio, que centrarse solamente en señalar lo malo, no es la mejor forma de cuidar a las personas o al equipo.
¿Por qué es importante reconocer el trabajo de una persona?
Cuando una persona está mal en su trabajo (desmotivada, descontenta, apática, quemada…), su estado de ánimo contagia al resto del equipo o de la organización rápidamente. Es como un virus, ya sabemos que los estados de ánimo negativos se expanden con más velocidad que los positivos. Ahora, ¿cómo se puede recuperar ese tipo de personas? La única forma de recuperarlos es hacerles sentir que son importantes. Hacerles ver que nos interesa su opinión, que forman parte del equipo y que su participación es necesaria.
De igual modo, cuando una persona ha hecho un buen trabajo, ha conseguido un logro excepcional o ha mostrado una trayectoria ejemplar, es necesario reconocerlo, premiarlo y celebrarlo. No para que siga siendo productivo, sino porque es lo correcto y justo. Es la mejor forma en la que podemos tratar a una persona y, además, es la forma en que nos gustaría que nos trataran a nosotros.
Los grandes objetivos no se consiguen en solitario
En el deporte, sobre todo se suele ver en basket, cuando un jugador consigue una canasta, señala con el dedo al jugador que le ha pasado la bola, en señal de agradecimiento. A ese jugador que le ha dado la bola, se le contabiliza una asistencia, que es un aspecto clave del juego, y también se premia. Pero en cualquier juego colectivo, para que un jugador anote una canasta o marque un gol, antes ha tenido que participar el resto del equipo realizando alguna tarea específica (más pases, bloqueos, movimientos continuos, etc).
Es necesario reconocer a aquellas personas que han permitido a otros alcanzar el éxito.
Esto que en el deporte está bastante asumido y aceptado, en el mundo de la empresa no sucede con tanta claridad, probablemente, porque la gente no sabe muy bien cuál es su aportación real y tangible de su trabajo. En el mundo de las ventas, por ejemplo, no solo vende el comercial que es el que firma el pedido del cliente. También participan los técnicos preventa que defienden la solución, las personas de marketing que montaron un evento para los clientes, el departamento financiero que aprobó unos precios especiales o el de operaciones que asegura que los productos lleguen a tiempo. Todos participan y todos necesitan ser reconocidos cuando la venta se cierra.
Lo que hay que reconocer y celebrar
Vivimos en una sociedad esclavizados por el resultado final. Y desde esa lógica resultadista se premia o se castiga el desempeño realizado. En el deporte, el resultado es el juez que decide si has alcanzado el éxito o estás condenado al fracaso. Es injusto porque los resultados suelen ser engañosos, y la mayoría de las veces no reflejan el trabajo que hay detrás, aunque se haya perdido. Esto, “la tiranía del marcador” se ha extendido a cualquier ámbito de actividad empresarial. Obviamente, los grandes logros deberían ser reconocidos y celebrados, al igual que sucede en el deporte. Sin embargo, no es suficiente premiar o castigar en función del resultado solamente.
Por ejemplo, en la Ceremonia de entrega de los Oscar, cada año se da un premio honorífico a algún actor/actriz o director/a por su carrera. En la NFL (Liga de Fútbol Americano) el día de la Super Bowl se premia a aquellos jugadores que más han contribuido a la comunidad con acciones sociales o comportamientos ejemplares. Además, se puede premiar la constancia, la perseverancia, la creatividad, fomentar el buen ambiente, etc…
Reconocer es agradecer
Reconocer significa “agradecer, destacar los méritos”. Celebrar significa “otorgar una gran importancia social”. Dicen que “de bien nacidos es ser agradecidos”. Cuando reconocemos a alguien lo hacemos, porque queremos darle las gracias por algo que consideramos que es importante. E inmediatamente en la persona que recibe el reconocimiento, surge un sentimiento de gratitud, que le hace sentirse bien. Además, si ese reconocimiento es público, a través de un acto, se refuerzan los sentimientos de pertenencia y se fomenta un mayor espíritu de equipo.
Los reconocimientos y celebraciones deben tener un carácter personal y que resulten memorables. Además, deben ser oportunos, es decir, que no pase mucho tiempo entre el reconocimiento y el hecho por el que se le reconoce. No tienen por qué ser premios monetarios, pero es necesario que representen algo especial y único (una cena, un viaje en globo…).
“Los logros de una organización son el resultado de los esfuerzos combinados de cada individuo.”
(Vince Lombardi)
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