¿Por qué caen las empresas y los equipos?

La tiranía de los números.

¿Qué tienen en común Bank of America, HP, Merck o Motorola con el FC Barcelona? Dando por supuesto que un club de fútbol no es una empresa, aunque al final todos tienen que rendir cuentas. Y considerando que, en particular, el club blaugrana tiene por lema “Més que un club”, hay un denominador común. Todas estas empresas cayeron en algún momento de su historia. Y, después de escuchar las palabras del presidente del FC Barcelona, Joan Laporta (deuda de 1350 millones, 471 millones de pérdidas en el ejercicio 20-21 y un patrimonio neto negativo de 451 millones), coincidiremos en que la situación es delicadísima. Es más, podríamos decir que cualquier otra empresa, ya habría caído y desaparecido.

 

En el tercer volumen de la trilogía de Jim Collins, “Empresas que caen”, este reputado gurú del management hace un repaso por las principales causas que provocaron la caída de las empresas que nombraba en el inicio. La mayoría coinciden con el caso del FC Barcelona y que le han llevado a este desastre económico. Un desastre que tiene un origen y unos responsables. Lo que sorprende es el rápido deterioro sufrido en los últimos años y duele, para los que somos seguidores, comprobar lo que fue hace 10 años y la situación actual (Campeón de Europa, con el mejor entrenador y jugador en sus filas y siendo una institución admirada en todo el mundo). La pregunta sería ¿por qué que se ha llegado a esta situación?

 

Fase 1. La arrogancia nacida del éxito destruye las empresas y los equipos

La arrogancia es el primer factor al que se refiere Jim Collins. Las empresas en la cumbre del éxito se creen en el derecho de seguir en el éxito de forma continua. Pero, como dice Pep Guardiola, “justo cuando todo va bien es el momento en el que hay que estar más atento”. Podríamos indicar 3 aspectos que caracterizan a las empresas/equipos arrogantes:

 

  • Descuidar el core/modelo del negocio. No ser consciente de qué fue lo que te llevó a la grandeza. O, peor aún, querer aplicar otro modelo sin respetar lo que se había construido.
  • Sustituir el “por qué” por el “qué”. La clave del éxito radica en entender “por qué hacemos lo que hacemos” y saber en qué condiciones no funcionaría.
  • Perder la curiosidad por el aprendizaje. La autocomplacencia puede llevar a reducir los niveles de rendimiento. El objetivo es seguir aprendiendo.

 

Tanto a nivel deportivo como directivo, en el FC Barcelona se cumplieron estos tres aspectos.

 

Fase 2. La persecución indisciplinada del crecimiento.

La excelencia exige disciplina. Una empresa o un equipo excepcional se caracteriza por tener una cultura de disciplina. Lo que implica tener personas adecuadas que sepan autodirigirse y automotivarse. Son personas que aceptan responsabilidades. Estas personas adecuadas deben ocupar los puestos clave.

 

Obviamente en un equipo deportivo, la calidad y la competencia de los jugadores juega un papel clave para mantener la excelencia del equipo. Pero, no solo debe circunscribirse al ámbito deportivo, también es vital que esas personas adecuadas ocupen puestos de gestión en todas las áreas (directiva, económica, social, etc.). Dada la situación actual, está claro, que la elección de personas adecuadas en diferentes áreas del club fue errónea. Por ejemplo, de los 5 fichajes top realizados, sólo uno (F. De Jong) ha rendido al nivel esperado.

Los fichajes del Barça en la 'era Bartomeu': 34 futbolistas y 1.082 millones

 

Fase 3. La negación del riesgo y el peligro.

Dice un dicho que “las cosas nunca ocurren de repente, sino que todo ocurre lenta y gradualmente”. Cuando estás atento a esto, tomas decisiones. Sí no estás atento, la situación de come a ti. O como decían en la película “El gran Lebowski”: “hay que ir con cuidado, porque unas veces te comes al oso, y otras el oso te come a ti.”

 

La situación del FC Barcelona no es nueva, se veía venir desde hace años. Estos son algunos de los síntomas que no se tuvieron en cuenta, y que aparecen en el libro de Jim Collins:

  • Abandono de la idea de juego y el modelo que le llevó al éxito.
  • Minimizar los fracasos deportivos: eliminaciones en Champions con abultadas goleadas desde el 2017.
  • Reorganización de la joya de la corona (la Masía, cantera de jugadores promesas): política de fichajes en categorías inferiores en detrimento de la evolución de jugadores de la casa.
  • Asunción de riesgos enormes: fichajes a un altísimo coste, renovaciones de jugadores veteranos con grandes fichas, pirámide salarial invertida…

 

Fase 4. La búsqueda desesperada de la salvación de las empresas/equipos.

Cuando las cosas se ponen feas, comienzan los nervios, el pánico y la prisa. Y se buscan soluciones o recetas mágicas. En el ámbito del fútbol, este tipo de soluciones se consiguen con fichajes de jugadores superestrellas, pagando unas cifras astronómicas. O con un nuevo entrenador que cambie la dinámica del equipo. El FC Barcelona utilizó ambas fórmulas en los últimos años, los resultados están a la vista de todos.

Y otro aspecto clave. En situaciones de crisis se busca un líder salvador, con carisma y visionario. En el ámbito deportivo se encomendó esta tarea al mejor jugador del mundo, Leo Messi. Pero un sólo jugador, aunque sea el mejor, puede ganar partidos. Sin embargo, ni puede ganar campeonatos ni construir un equipo por él mismo. Mientras que, en el ámbito directivo, el anterior presidente J.M. Bartomeu, se convirtió en el único responsable de la política de deportiva, económica y social. Tomando decisiones absolutamente erróneas y otras pendientes de juicio. Convendría recordar las palabras de Jim Collins:

 

“Un líder sólo no puede construir, sin la ayuda de nadie, una empresa excelente y duradera. Un líder inadecuado puede casi sin ayuda de nadie hundir una empresa.”

 

Fase 5. Ser insignificante o morir

Las organizaciones no mueren por falta de ganancias, sino por falta de dinero. Y en esas está el FC Barcelona. Hoy, sólo hay dos caminos: capitular o seguir luchando. Seguir luchando implica tener un objetivo y visión clara y unos valores fundamentales sólidos. O lo que es lo mismo: saber qué se quiere (objetivo), cómo se quiere conseguir (valores) y para qué se quiere (propósito).

 

Sin embargo, todo comienza por tener las personas adecuadas para liderar este proyecto y encauzar el rumbo perdido durante los últimos 10 años.

 

“El mayor fracaso en los negocios y en la vida, es tener éxito sin entender claramente por qué se tiene.”

 (Jim Collins)

 

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