Motivación y liderazgo: La importancia de promover la conversación en los equipos

Se han escrito multitud de libros sobre motivación y liderazgo, y no es fácil ponerse de acuerdo en cómo poner en práctica ambos conceptos dentro de los equipos. Quizá la cita que mejor refleja la relación entre ambos es esta: «La clave en la motivación y liderazgo de un equipo radica en generar una conversación de ida y vuelta entre el líder y los miembros del equipo». No es posible pretender generar una motivación laboral dentro de un equipo sin establecer un diálogo sincero y directo entre el líder y cada miembro del equipo. Y para que surja este tipo de diálogo, es necesario un proceso de preparación y profundización.

Si vamos a tener una conversación importante con alguien, solemos destinar un tiempo de preparación. Aclaramos nuestras ideas, estructuramos nuestro discurso con el objetivo de que nuestras necesidades o nuestros argumentos sean escuchados y comprendidos. Cuando queremos descubrir qué sucede con nuestra motivación sucede algo parecido. Deberíamos tener una conversación interna, dedicándonos un tiempo con nosotros mismos para descubrir que nos motiva.

“Uno de los problemas que nos encontramos con la motivación es que no somos capaces de profundizar en saber qué es lo que realmente nos motiva.”

Conversaciones pendientes en la gestión de equipos

Si un líder quiere mejorar la motivación en el trabajo de su equipo, necesita abrir conversaciones con cada miembro del equipo. Indagar y descubrir qué es lo que mueve a cada miembro del equipo, y para eso es necesario un elemento básico: la empatía.

Cuando sostenemos una conversación, para que sea realmente efectiva, y permita que nuestros deseos o inquietudes sean comprendidas, necesitamos que se practique algo que llamamos la escucha empática.

Es decir, abrir un espacio en el que las dos personas que sostienen la conversación sean capaces de comprender las necesidades, las inquietudes o las razones que mueven al otro.

Y eso requiere entrar en un plano emocional, conectar con las emociones o sentimientos: ser capaz de empatizar el uno con el otro. Cuando se produce esta química, surgen las conversaciones de calidad o de alto impacto. La conversación se convierte en un espacio lleno de magia, y produciendo avances reales de crecimiento entre ambas personas.

Cuando no hay empatía, no hay conexión

Lamentablemente, en muchos equipos encontramos que no se produce este tipo de conversaciones. No hay una escucha empática, que además debe ser bidireccional. Ni el líder conoce lo que realmente motiva a sus empleados, ni los empleados son capaces de empatizar con la posición del líder. Se produce una brecha insalvable que hace que cada uno se despreocupe de la cuestión motivacional.

“Así los líderes creen que lo que motiva a sus equipos son los salarios, los ascensos y la seguridad. Mientras que la realidad es que los empleados prefieren un trabajo interesante, crecimiento personal o aprender nuevas cosas. En consecuencia, no hay conversaciones eficaces, surge una desconexión emocional entre el líder y su equipo.»

La motivación comienza cuando…

• Se conocen las razones y los «por qué» de determinadas actitudes y comportamientos de cada miembro del equipo.
• Existen conversaciones de calidad entre los líderes y los componentes del equipo para descubrir qué les mueve.
• Se produce la escucha empática entre el líder y su equipo, y se reconocen mutuamente sus necesidades.

“Motivar requiere ir más allá de  resultados, objetivos, cuotas o incentivos.”

Requiere entrar en un terreno pantanoso para muchos, que es el terreno de las emociones y los sentimientos. Conversar sobre deseos y necesidades, sobre inquietudes y preocupaciones. Indagar en las emociones y sentimientos. Explorar los valores, sueños y ambiciones. Conocer cómo se sienten las personas, e indagar en sus verdaderas razones para hacer tal o cual cosa. Conocer sus valores, los propósitos que tienen, etc. En suma, desarrollar la inteligencia colectiva o social. Y esta es una responsabilidad compartida entre el líder y los miembros del equipo.

Ese es el verdadero trabajo desde dónde puede surgir la motivación de un grupo o un equipo. Y esto es necesario hacerlo día a día, conversación a conversación, no sólo los días de reuniones anuales o trimestrales, con monólogos brillantes sobre “lo buenos que somos porque mira que resultados hemos tenido”. Eso sólo son fuegos artificiales que duran “lo que duran dos peces de hielo un whisky on the rocks”.

«Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice”. Peter Drucker.

We Take Care Of Our – Bruce Springsteen

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