Cuando no sabes qué hacer…

Cómo comentaba en mi anterior post, muchas personas no encuentran ningún tipo de motivación en sus trabajos. No están ilusionados con lo que hacen, pero no saben qué hacer. Una forma de comenzar a descubrir qué es lo que queremos es reflexionando sobre la situación en la que estamos, a través del uso de preguntas.

Este proceso de reflexión y búsqueda no implica necesariamente un cambio de trabajo literal. Puede servir un cambio de actitud o un replanteamiento de ideas o afrontar conversaciones que tenemos pendientes. Sin embargo, el método para ser efectivo tiene que dar lugar a una toma de decisión que nos permita cambiar algo. No vale de nada reflexionar si después no pasamos a la acción y hacemos un cambio.

“No vale de nada reflexionar si después no pasamos a la acción y hacemos un cambio.”

El método RAVEN

método ravenRAVEN es el acrónimo acuñado para expresar el método, y toma la primera letra de cada fase del método.  En inglés el significado de RAVEN es “cuervo”, un ave que se caracteriza por su gran inteligencia, capaz de construir y razonar incluso como lo podría hacer un ser humano.

Este método se basa en el planteamiento de una serie de preguntas que permitan el desarrollo de la inteligencia de una persona. El progreso, el crecimiento o la evolución tiene su base en la curiosidad, en la capacidad para hacernos preguntas que nos lleven más allá. Así renovamos nuestro conocimiento y aprendemos.

“Las preguntas son la base del método RAVEN.”

1- Reflexiona sobre lo que te está ocurriendo.

Plantéate algunas preguntas que sirvan para analizar la situación por la que pasas:

  • ¿Cuál es el conflicto que estás viviendo en tu puesto? Analiza los hechos siendo lo más objetivo que puedas.
  • ¿Cuáles son las causas y los síntomas de la situación que vives? Indaga en lo que hay detrás de lo evidente.
  • ¿Cómo te hace sentir? Identifica qué emociones y sentimientos tienes.
  • ¿Qué aspectos dentro de tu trabajo son importantes para ti? Descubre tus necesidades y deseos más profundos.

2- Analiza la foto completa.

Es importante tener en cuenta todos los datos:

  • ¿Qué es lo que funciona bien en mi trabajo, qué me aporta, cuáles son los aspectos positivos? Busca la foto completa, siempre hay otra perspectiva.
  • ¿Cuál es el peor escenario posible: aspectos negativos? Descubre qué hay detrás de ese escenario terrible. Ahí suelen encontrarse nuestros miedos más profundos, aquello a lo que no queremos enfrentarnos.

3- Visualiza qué es lo que quieres.

  • ¿Cuál es tu escenario ideal? Todos tenemos sueños respecto a nuestro trabajo ideal (profesiones que nos hubiera gustado desarrollar, aficiones o hobbies en los que somos unas máquinas…). Sí no tienes claro cuál sería tu vocación, puedes hacer este ejercicio con tu trabajo actual (qué te gusta o qué haces bien en tu trabajo).
  • ¿Qué objetivo quieres conseguir? Plantéate un reto o desafío concreto, ponle nombre.

4- Encuentra y elimina los obstáculos que te impiden lograr el mejor escenario posible.

  • ¿Qué obstáculos te impiden desarrollar el trabajo que deseas? Puede ser en tu puesto actual o en otro que desees acceder y que consideras más vocacional que el actual.

5- Negocia tus necesidades y pasa a la acción.

  • ¿Qué necesitas para mejorar la situación en tu puesto actual o en otro más vocacional? Tendrás que negociar con tu jefe, o con tus compañeros o contigo mismo qué es lo que deseas y tomar una decisión.
  • Elabora un plan de acción “imperfecto”, con tres o cuatro tareas o pasos que te permitan ponerte en acción.

“Lo importante es no dejar de hacerse preguntas» (Albert Einstein)

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