¿Cómo descubro mi motivación?
Confieso que hace meses, yo también me hacía la misma pregunta, sin ser capaz de encontrar una respuesta. Y mientras, calmaba mi ansiedad viendo series de televisión, una de mis grandes aficiones. Una de mis favoritas es Breaking Bad, y lo curioso es que la respuesta a la pregunta con la que comenzaba este post, la tenía justo delante. La motivación camaleónica de Walter White (Bryan Cranston), protagonista de la serie, nos sirve de ejemplo para ver el proceso que le llevó a descubrir su MOTIVACIÓN con mayúsculas.
Walter es un padre de familia de 50 años, profesor de química en un instituto de Albuquerque, Nuevo México. La vida Walter se desarrolla bajo una aparente normalidad, en un entorno de vida confortable. Sin embargo, la imagen que transmite es la de una persona triste e insatisfecha con la vida. Un trabajo que no le llena aunque le permite llegar a fin de mes para pagar las facturas. Una familia en la que se siente empequeñecido por su cuñado, y arrastrado por los deseos de su mujer…
Los factores de motivación de Walter
La motivación de Walter gravitaba sobre tres grandes temas.
- En primer lugar, su familia, donde aparecía el deseo de afiliación, de pertenencia a un grupo.
- En segundo lugar, su trabajo, donde aparecía el deseo de reconocimiento.
- Y en tercer lugar, la seguridad, la vida de Walter era monótona, estable, controlable y predecible.
Tres factores motivacionales, que no servían para activar la pasión de Walter, ni activar la MOTIVACIÓN con mayúsculas, de un personaje triste, inseguro y por momentos, apático.
Quizás, no sea una historia tan lejana, y en muchas ocasiones la realidad supera la ficción, adoptando otras formas.
“La mayoría de las veces preferimos mantenernos en nuestra zona de confort, en una aparente comodidad y seguridad. Nos resignamos a los aspectos negativos de nuestra vida, y que nos provocan un sufrimiento, que tarde o temprano tiene sus consecuencias.” |
Un hecho cambia su motivación
Para Walter, todo cambió el día en el que le detectaron un cáncer de pulmón inoperable. A partir de ese momento, comienza a idear un plan que le permita reunir el dinero necesario para que su familia pueda vivir cuando él muera. Por lo tanto, su motivación cambia al aparecer un objetivo nuevo: ganar dinero para que su familia pueda sobrevivir.
Es justo aquí, cuando comienza a activarse la motivación de Walter. Comienza a tener un deseo, el amor a su familia provoca la necesidad de asegurarle el futuro económico a sus seres queridos, y un objetivo, ganar una cantidad de dinero suficiente para lograr ese propósito. Es una motivación de tipo intrínseco, porque nace de dentro, y le produce una satisfacción íntima y personal.
No entraré a valorar en términos éticos o morales, la fórmula ideada por Walter para conseguir su objetivo, aunque no es extraño que acabará haciendo lo que realizó. Hizo de su fortaleza, su aportación principal, y desarrolló el talento para conseguir su propósito.
Sin embargo, lo interesante es lo que hay detrás de toda esta historia.
“Siempre hay que mirar detrás de las cosas, para descubrir algo más. Porque las apariencias suelen engañar, o simplemente no nos dejan ver lo fundamental, lo que realmente marca la diferencia.” |
Cambio de identidad
La enfermedad de Walter, provoca un cambio de actitud y activa su motivación, con el fin de lograr un deseo o necesidad y un objetivo. Pero hay un cambio mucho más profundo que ocurre en el interior de Walter, en su identidad. Y ese cambio de identidad tiene un reflejo en su actitud, en sus acciones y en su comportamiento. Algo que le hará recobrar la vida, y ver a un personaje dinámico, apasionado, seguro de sí mismo, y por momentos, feliz.
Durante ese viaje a un mundo desconocido para él, que le hace salir de su zona de confort, comienza a sentirse vivo. Comienza a gustarle interpretar el nuevo papel que le ha tocado, y termina dándose cuenta, que lo que realmente le ha movido, le ha activado a hacer lo que ha hecho, no es su familia, ni buscar la seguridad financiera de sus hijos…
Todo lo hizo por él, por su reconocimiento profesional y personal. Cruzó los límites, y como consecuencia comenzó a vivir haciendo lo que quería, lo que realmente le hacía sentirse motivado, sentirse pleno, y en determinados momentos ser feliz. Había encontrado su identidad.
“Logró activar todo eso que encontramos en la MOTIVACIÓN con mayúsculas:
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Tener factores de motivación no implica estar vivo y apasionado
Lo que nos enseña este personaje es que podemos tener unos factores motivacionales activos, y vivir una vida plana y sin pasión. Normalmente, suelen ser los factores de motivación extrínsecos (el dinero, la seguridad, …). Son los que nos permiten asegurar nuestra supervivencia. Pero no traerán consigo una felicidad duradera, ni una pasión, ni una conexión con nuestra motivación intrínseca.
Como corolario a esta primera reflexión, podemos decir que en el fondo todos estamos motivados. La cuestión está en determinar qué es lo que nos conecta con lo mejor de nosotros, con nuestro talento y que nos hace estar VIVOS con mayúsculas.
La motivación proviene de varios factores y es fluctuante
Nuestros factores de motivación no son estrictamente puros. Podemos tener varios motivos que nos impulsan a movernos, a actuar, y unos pueden encubrir o enmascarar a otros. Como sucede con nuestras emociones, solemos mostrar una emoción secundaria que esconde nuestra emoción primaria. Con la motivación puede suceder algo similar, podemos tener motivos que sirvan para enmascarar nuestra verdadera motivación.
Las motivaciones de una persona, fluctúan en el tiempo en función de determinados acontecimientos que vivimos en nuestras vidas. Esos hechos pueden hacernos cambiar y activar nuestra motivación. Al final, todo cambia, todo se transforma, y esa es una de las enseñanzas de la serie.
No es casual, que la serie tenga una fórmula química como cabecera de entrada, BrBa (Breaking Bad). Su traducción literal es “Volviéndose malo”, una referencia nada casual al cambio, a la transformación. Ni tampoco es casual, el apodo con el que se autodenomina el protagonista, Heinsenberg, nombre del físico que enunció Principio de Incertidumbre, que sostiene que todo está en permanente proceso de cambio.
Descubrir nuestra motivación por accidente
Un cambio, forzado o voluntario, puede producir una cadena de reacciones y acciones, que nos lleven a descubrir nuestra verdadera motivación. Esto fue lo que le sucedió a Walter. Descubrió su verdadero deseo, como consecuencia de un problema de salud, que le hizo cambiar sus factores de motivación. Y así conectó con su pasión.
Sigue latente la pregunta del millón: ¿cómo descubrimos aquello que nos conecta con nuestra motivación? La respuesta la podemos encontrar descubriendo cuáles son nuestros deseos y necesidades más anheladas, y unirlas a aquello que nos gusta, lo que nos hace disfrutar.
“Quizá, la clave sea reformularnos algunas preguntas y centrarlas en el QUÉ: ¿qué es lo que realmente deseamos?, ¿qué es lo que realmente nos gusta?, ¿qué es lo que nos conecta?, y ¿quiénes somos?” |
Tomar el camino del autoconocimiento exige estar dispuesto a transitar zonas del camino, que seguramente no nos gusten. Afrontar nuestros miedo, tomar conciencia de nuestras debilidades…Sin embargo, el premio compensa cualquier esfuerzo realizado.
Exige conocernos en profundidad y tener la valentía de perseguir aquello que queremos, al igual que hizo Walter. Él encontró su MOTIVACIÓN con mayúsculas en el deseo y la necesidad de reconocimiento y la unió a su fortaleza y su pasión, la química. El resto de la historia, mejor la descubrís vosotros.
“La activación de la motivación viene precedida de un ejercicio de autoconocimiento”