Mejora tu vida con un coach personal y profesional
Johan Cruyff comenzó a entrenar al FC Barcelona a finales de los 80. Y popularizó una expresión a la que hacía referencia para referirse al clima que rodeaba al equipo: el entorno. Se erigió en todo un coach personal y profesional para proteger al equipo «del entorno» y apoyarles en su crecimiento profesional y personal. Lo hizo cerrando el vestuario y evitando que los factores externos afectasen negativamente a sus jugadores.
Otro «jefe», Bruce Springsteen, a principios de los 70 empezaba a despuntar como guitarrista en los bares de la costa de New Jersey. Hizo algo similar. Se protegió de todo aquello que lo alejaba de la música y su guitarra (las drogas, el alcohol…) y construyó un equipo que le seguiría sus pasos hasta hoy.
La planificación para un coach personal y profesional es clave y ayuda a lograr el éxito
El objetivo en ambos casos era el mismo: llegar a la maestría, al dominio de una materia. La maestría es uno de los factores motivacionales intrínsecos, que permite activar nuestra motivación interna.
Pero no basta sólo con protegerte de un entorno que pueda generar despistes o distracciones que nos alejen del objetivo. Hay que dar un paso más. Hay que crear un sistema, una estructura o un plan detallado que nos permita seguir avanzando y desarrollándonos con un crecimiento personal. Y aquí es donde comienza de verdad el trabajo de un coach personal y profesional.
“Aunque tengamos una visión de lo que queremos ser, sí no somos capaces de trazar un plan detallado que nos aproxime a los objetivos, nunca lo conseguiremos. Necesitamos una estrategia, un sistema, un plan.” |
¿Cómo podemos articular ese sistema?
Por ejemplo, el éxito Pep Guardiola, proviene del sistema, de una minuciosa planificación estratégica a varios niveles. De una organización “obsesiva” del trabajo, que hacía que el equipo fuera incorporando día a día, una serie de automatismos que luego plasmaba en el campo. Martí Perarnau cita en un artículo: “Sólo durante los 3 años de permanencia en el Bayern, el tiempo destinado a trabajo práctico sobre el campo era de 1.500 horas, más otras 1.500 horas de trabajo de video…” Todos sabemos la regla: para ser un maestro dedica al menos 10.000 horas de entrenamiento a aquello a lo que te dediques.
Esa capacidad para sistematizar el trabajo, creando un plan detallado es lo que permite lograr “las ganancias marginales”. Son aquellas pequeñas cosas que van haciendo más “maestro” a un equipo o a una persona en el desarrollo de su profesión. Un entorno de aprendizaje exige crear una estructura o sistema de trabajo orientado a conseguir esas “ganancias marginales”. Son esos detalles que mejorándolos al menos un 1%, hacen la diferencia. Provocan el crecimiento y conducen a la mejora continua, kaizen, como filosofía para situarnos en el camino de la excelencia.
“Ahora bien, para llegar a la maestría hay que pagar el precio de la mejora continua. Y eso implica vivir en una situación de cambio constante. ” |
Apertura al cambio
Pensamos que podemos vivir plácidamente instalados en nuestro entorno “conocido y seguro”. Porque nos gusta lo que hacemos o porque parece que lo tenemos todo controlado. Solemos rechazar cualquier cambio, a no ser que venga impuesto. Entonces cuando llega el día que nos mueven la silla, aparece el temido miedo al cambio.
La realidad es que el entorno en el que nos ha tocado vivir es volátil, impredecible, complejo y ambiguo. Lo más razonable para poder sobrevivir a este entorno cambiante con garantía de éxito, es estar preparado para cualquier eventualidad. ¿Cómo? La receta pasa por tener una permanente capacidad de aprendizaje.
Los ejemplos de personajes como Cruyff, Springsteen o Guardiola no hacen más que reflejar esa capacidad para cambiar y transformarse. Incorporando nuevos conocimientos, nuevas técnicas de aprendizaje, conocer nuevas culturas, interesarse por otras disciplinas…La clave para resolver uno de los problemas más graves a los que se enfrentan las empresas y personas hoy en día, la gestión del cambio, esté en interiorizar este tipo de pensamiento no convencional: aceptar que todo está en permanente cambio.
«Creer saber envejece, querer saber rejuvenece» (Howard Gardner)
The Price You Pay – Bruce Springsteen
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