Un líder en tiempos de cambio: Marco Aurelio

El liderazgo se demuestra en la adversidad

Marco Aurelio fue el último de los cinco buenos emperadores, que gobernaron el Imperio Romano entre 96-180 d.C. Este periodo se caracterizó por ser un tiempo de buenaventura, relativa paz, tranquilidad y bienestar económico. Sin embargo, la llegada al poder de Marco Aurelio en el año 161 dio paso a un reinado azotado por guerras y calamidades: guerra contra los Partos, la gran epidemia del 166, levantamiento de los barbaros germanos, terremoto de Esmirna… Además, no era una persona físicamente fuerte y su vida familiar era una fuente continua de desasosiego. Su mujer parece que le fue infiel y tuvo que afrontar la muerte de ocho hijos de los catorce que tuvo con ella. ¿Cómo se convirtió en el líder que supo sobrevivir a las adversidades y preservar el Imperio?

 

Es durante los tiempos difíciles donde la grandeza de carácter sale a relucir a la vista. Y Marco Aurelio demostró enfrentarse por completo y de lleno a todas las calamidades que sufrió durante su reinado. No solo con valor, sino con serenidad y cordura. De hecho, fue capaz de aplicar una filosofía de vida durante toda su existencia y siguió siendo el mismo y no cambió lo más mínimo. Pero ¿qué tipo de filosofía guio su vida? ¿Qué cualidades le permitieron llegar a ser uno de los grandes líderes de la Historia?

 

Un líder no es un superhéroe

Podríamos deducir que el retrato robot de Marco Aurelio, se ajustaría a las cualidades que sirven para definir el perfil de líder según las diferentes teorías del liderazgo. Ser una persona atractiva de gran fuerza, con habilidad y sabiduría, carismática, diplomática, serena, comunicador elocuente, firme y duro pero magnánimo, respetuoso con la autoridad, orientado a objetivos y que se rige bajo unos principios o valores…

 

Sin embargo, cuando buscamos aunar todas estas cualidades en una sola persona para ser un líder, uno tiene la sensación de encontrarse ante una especie de superhéroe. Sí ponemos el listón de atributos tan increíblemente alto corremos el riesgo de idealizar el concepto. Y claro, cuando miramos a nuestro alrededor encontramos pocas personas que encarnen todas esas virtudes. Lo cual nos genera frustración y pensamos que el liderazgo es una utopía o algo muy alejado de nuestra realidad cotidiana.

 

Un emperador estoico

 

De Marco Aurelio tenemos un conocimiento profundo debido a que durante gran parte de su vida escribió un diario privado, dónde iba anotando sus reflexiones. El título original era “Para mi mismo”, y fueron publicadas después de su muerte, con el título de “Meditaciones”. Este documento sirve para representar la filosofía de vida del emperador romano. Una filosofía basada en el estoicismo, una de las grandes escuelas helenísticas, fundada en Grecia en torno al 300 a. C.

 

Uno de los principios básicos de esta filosofía es la aceptación de la realidad. Lo que significa que ninguna situación por injusta que fuese, debía reformarse, pues todo había que aceptarlo como expresión de la naturaleza y el cosmos. En otras palabras, para los filósofos estoicos, la virtud se alcanzaba cuando se actuaba de acuerdo con la naturaleza. Lo que implicaba actuar de acuerdo con la razón o cumplir ciertos deberes sociales, debido a que la naturaleza ha otorgado al hombre la razón y ser criaturas sociales.

 

La serenidad como objetivo de vida

Otro de los grandes propósitos de la filosofía estoica es el de alcanzar la serenidad. Ellos lo definían con el término de “ataraxia”, que podría traducirse como la imperturbabilidad del ánimo. Este fue un aspecto vital en la vida de adulto de Marco Aurelio, para poder enfrentarse a una vida llena de adversidades y dificultades.

 

Incorporar este recurso a nuestras vidas puede ser de gran importancia a la hora de saber gestionar nuestras emociones. En una época como la actual, llena de incertidumbre y donde emociones como la ira, el miedo o la tristeza amenazan nuestra estabilidad emocional, es vital adquirir este recurso. La cuestión es cómo logramos acceder a ese estado de templanza y calma para evitar la desregulación emocional ante circunstancias que alteran nuestra paz interior.

 

Técnicas psicológicas estoicas

Los estoicos se convirtieron en grandes conocedores de la psicología humana. Y desarrollaron algunas técnicas cuyo fin era alcanzar la serenidad necesaria para gestionar las emociones provocadas por diferentes circunstancias vitales. Algunas de ellas fueron estas:

  • Dicotomía del control. Consiste en diferenciar entre aquellas cosas que están bajo mi control y sobre las que puedo hacer algo, de aquellas que no están bajo mi control y que dejan de ser de mi incumbencia. Entre las primeras se encuentran mis pensamientos y creencias, mis actitudes y reacciones, y mis decisiones.
  • Visualización negativa. Consiste en imaginar que hemos perdido aquello que valoramos, con el fin de aprender a apreciarlo actualmente, y no caer en menospreciar lo que tenemos, dando por hecho que siempre lo tendremos. Esta técnica nos permite hacernos conscientes de la fugacidad de las cosas, y disfrutar de ellas mientras están en nuestra vida.
  • Aplicar cláusulas de reserva. Consiste en partir con una meta concreta en la cabeza y ser conscientes en todo momento, que los acontecimientos pueden desarrollarse de una manera que no deseamos. Por eso, es necesario aplicar el mantra “sí lo permite el destino”. Esta técnica nos permite mantenernos en línea con la naturaleza, y aceptar que a veces las cosas no irán como nosotros deseamos.

 

“Tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto, y encontrarás la fuerza.”

(Marco Aurelio)

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