La comunicación un reto para cualquier equipo.
Una de las quejas que aparecen en casi cualquier conversación con los miembros de un equipo es la mala y/o falta de comunicación que existe entre ellos, con sus superiores o entre los diferentes departamentos.
Los responsables de equipo se sienten frustrados por la falta de energía, participación e iniciativa de sus subordinados en reuniones de trabajo. Mientras los miembros del grupo se sienten igual de frustrados por las normas y rutinas que reprimen sus iniciativas. En suma, quejas por ambos lados. Resultado, poca y/o mala comunicación y frustración generalizada.
Miedo al conflicto
Cuando indagas qué es lo que sucede, aparece un miedo atroz a abordar conversaciones complejas o difíciles. En otras palabras, aparece el miedo al conflicto, al debate de ideas. Pocos están dispuestos a mantener este tipo de conversaciones. O por no querer salirse de sus trece, o porque simplemente no son capaces de ver otra realidad que la que ven sus ojos. En otras palabras, la falta de empatía provoca una desconexión que hace imposible abordar los conflictos.
Para agravar más la situación, se detecta una falta de escucha, de comprender otros puntos de vista, en pos de hacer prevalecer la opinión propia sobre la de los demás. Como escribía en mi anterior post, el ego impide el alineamiento de los equipos hacia un objetivo compartido. Consecuencia, profunda falta de respeto a las opiniones e ideas de personas que piensan diamentralmente a la nuestra.
Ausencia de pensamiento crítico
Otra causa de esta aversión al conflicto es el deseo de agradar y no entrar en polémicas. Prefiero no dar mi opinión, no expresar mis ideas o pensamientos, por miedo a ser señalado como diferente, y perder el favor del jefe.
Además, muchos jefes premian esta obediencia, machacando a las voces disonantes. Se impone de este modo una especie de pensamiento único, germen de la falta de creatividad e ingenio de muchos equipos.
La “cultura justa”
En suma, el diagnóstico de muchos equipos actuales se asemeja a la cultura que existía en la industria de la aviación en los años 70. En 1972, el accidente de un avión de la British, en el que murieron 118 personas, puso de manifiesto numerosos problemas que habían provocado esta tragedia: miedo a hacerse oír, formular preguntas difíciles o compartir preocupaciones.
De este desastre surgió una nueva forma de trabajar en conjunto, basada en generar confianza, compartir información e ideas, reconocer errores como forma de aprendizaje, etc… Esta forma de trabajar se llamó “cultura justa”. |
Lego Serious Play ayuda a instaurar este tipo de cultura
Hoy en día un “cultura justa” es imprescindible para cualquier empresa. Sin embargo, la realidad que nos encontramos en los equipos, nos hace dudar de sí realmente se producen o hemos vuelto a lo que sucedía en la industria de la aviación cincuenta años atrás.
Una forma de comenzar a fomentar este tipo de cultura, es a través de la metodología Lego® Serious Play®. Justamente a través del juego podemos trabajar en algunos de los aspectos necesarios para mejorar la comunicación e instaurar este tipo de cultura:
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“Cuando nos paramos a pensar redescubrimos lo que el trabajo nos reporta: valor, ingenio, imaginación, gozo, frustración, revelaciones, dedicación…” (Margaret Heffernan)