La gestión de equipos
Lo difícil siempre es gestionar un grupo de personas…
En las últimas semanas, muchas empresas se están encontrando que muchos de sus empleados se niegan a volver a sus puestos de trabajo. Se habla de miedo por el coronavirus, se acude a las ventajas del teletrabajo, se justifica la no vuelta a la oficina en el alto rendimiento ofrecido en las semanas de confinamiento… El problema no es ni el coronavirus, ni el miedo, ni el teletrabajo, ni la conciliación laboral…El drama es que la inmensa mayoría de los trabajadores ni sienten pasión por lo que hacen, ni aguantan a sus jefes porque carecen de las competencias necesarias para la gestión de equipos y personas.
La consecuencia de esta situación es un fenómeno que en EEUU se conoce como “La Gran Renuncia”. Consiste, en que muchos empleados están abandonando voluntariamente sus puestos de trabajo. Los factores que provocan esta renuncia pueden ser múltiples. Pero como dice Richard Boyatzis, experto en Inteligencia Emocional y Liderazgo:
“El más importante es su insatisfacción al estar en grupos dirigidos por gente poco competente en la gestión de personas, no por el trabajo en sí mismo.
Aunque este último factor, también puede influir decisivamente. Recordar los niveles altísimos de desmotivación laboral del mundo occidental (cercano al 80%) debido a diferentes causas, entre ellas la falta de pasión por un trabajo que no les llena, ni les satisface.
¿Por qué es importante hacer algo que te apasione?
Porque en cualquier trabajo que realices vas a encontrar dificultades. Ni siquiera en el mejor trabajo del mundo o el mejor pagado, podrás evitar el conflicto o la adversidad. Y, sólo podrás soportar esas situaciones, cuando lo que haces te llena, te gusta y te apasiona, como decía Steve Jobs en su celebre “discurso de Stanford”. Sin embargo, hemos invertido la escala de valores, y hoy medimos el éxito en base a los resultados, a alcanzar los objetivos, a ganar. Y, da lo mismo la actividad a la que te dediques o lo que hagas, si a través de ella puedas comprarte una casa con piscina, irte de vacaciones al Caribe, conducir un deportivo o irte de compras por la Milla de Oro de cualquier ciudad.
Pero, esto de trabajar o de desempeñar una tarea en una empresa, no va solamente de ganar dinero y lograr objetivos. Aunque sea una necesidad para que una empresa perdure o una persona puede cubrir sus necesidades más básicas. Decía en una entrevista, el entrenador de fútbol más laureado de los últimos tiempos, Pep Guardiola, que “no compensa ganar una copa y estar once meses mal”. Y lo dice alguien que ha ganado 31 trofeos en 12 temporadas. En realidad, esto va de encontrar tu pasión y dedicarte a algo que te llene, te satisfaga y te haga sentir pleno. Y, de a través de eso que haces, dar lo mejor de ti para intentar hacer algo en equipo, que vaya más allá de ti mismo.
¿Para qué sirve saber gestionar personas/equipos?
Para aprender a liderar equipos. Necesitamos aprender a relacionarnos con diferentes tipos de personas para alcanzar objetivos que de forma individual nunca lograríamos. De eso va el liderazgo. El problema está en que nos cuesta mucho relacionarnos con personas con las que no tenemos feeling. O con aquellas que, siendo similares, surgen diferencias porque vemos las cosas desde diferentes puntos de vista. Es ahí donde surgen los conflictos. En el fútbol, surge cuando dejas sin jugar a once profesionales el día del partido. En la empresa, cuando tienes que lidiar con un 80% de personas desmotivadas o poco comprometidas…
Por eso, son tan importante las mal llamadas “softskills” o “habilidades blandas”. Porque son las que nos permiten relacionarnos con otros y sacar lo mejor de cada persona. La principal función de un líder es ser capaz de sacar lo mejor de cada persona del equipo que dirige. Tanto si no juegan como si están poco o nada comprometidos, ya sea en equipos deportivos o en empresas. Y para ello, necesita aprender, a través de la experiencia, cómo tocar el resorte de cada persona, que le empuje a dar lo mejor de él. ¿Cómo se logra eso? Cuando sabes cómo empatizar, persuadir, ilusionar, escuchar, crear una visión compartida… El liderazgo no va sólo de alcanzar objetivos, resultados o fijar estrategias, va fundamentalmente de tratar y gestionar el día a día con PERSONAS.
Sí no te gusta lo que haces o ves…CAMBIA
En el mundo actual, “quien sobrevive es quien ama lo que hace”. En la misma entrevista Pep Guardiola sostiene que “sí no amas o no disfrutas con lo que haces (no hay pasión), no subsistes”. Richard Boyatzis coincidía en el diagnóstico:
“Es absolutamente esencial que la gente se renueve por dentro cada día y encuentre emoción a su vida, si no, podría caer en depresión. Puede resultar de sentido común o un cliché, pero lo único que debes hacer es sentir pasión por todo lo que haces en la vida. Si no lo sientes, tienes que empezar a pensar cómo conseguirlo.”
La cuestión es que normalmente, cuando estamos tan metidos en nuestro mundo donde priman los resultados, la exigencia, el perfeccionismo, el éxito, las obligaciones o mantener un estatus para pagar nuestras facturas, dejamos al lado nuestras pasiones y nos centramos en cómo ganarnos la vida con un trabajo que ni nos gusta ni nos satisface.
El propósito surge cuando dejas de pensar en ti
¿Cómo salir de esa espiral tan negativa? Deja de enfocarte en ti mismo y piensa más en los demás. Boyatzis lo resumía así:
“Ayuda a los demás, haz que se sientan bien cuando están contigo, inspírales, emociónales, sean familiares tuyos, compañeros o amigos. Si te sientes perdido en la vida y no sabes por dónde tirar, sal de ti mismo, piensa en los demás y verás como todo empieza a cobrar sentido.”
“Las personas necesitan un propósito que tenga significado. Esa es nuestra razón de vivir. Con un propósito compartido, somos capaces de conseguir cualquier cosa.”
(Warren Bennis)
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