¿Quién lidera la Transformación Digital?
Desde hace meses, incluso años, hay un tema de moda que parece afectar a cualquier tipo de empresa: la transformación digital. En mi opinión, este proceso, no deja de ser un reto de adaptabilidad a una nueva realidad, y que podríamos englobar dentro lo que denominamos procesos de gestión del cambio.
Este proceso de transformación digital ha venido acompañado por otros aspectos, como la creciente transcendencia de Asia en la economía mundial, o una mayor riqueza y abundancia en el mundo en general (aunque en los últimos años, cada vez esté más polarizada entre ricos y pobres), y que ha permitido poner el foco en otros elementos tradicionalmente olvidados en el mundo occidental como las emociones, la espiritualidad, etc…
Una nueva mente
Como explicaba Daniel Pink, en su libro “Una nueva mente”, estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo paradigma o “Era Conceptual”. Elementos como la empatía, el juego, el propósito… comienzan a tomar una mayor relevancia. Y se intuyen como elementos cruciales para adaptarnos a una realidad en permanente estado de cambio, caracterizada por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad.
Ante esta situación, la primera cuestión que podríamos hacernos es cómo afrontamos esta situación de cambio. Obviamente tenemos dos posibilidades:
- O dejamos que “alguien” nos gestione el proceso de cambio, y nos diga qué es lo que hay que hacer
- O lideramos el proceso de transformación tomando aquellas acciones que nos permitan afrontar los cambios en los que estamos inmersos.
“Parece claro, que la gran mayoría de empresas y personas que quieran abordar un proceso de cambio, optarán por la segunda opción. La cuestión clave es conocer qué necesitamos para liderar el cambio.” |
¿Qué necesitamos para liderar el cambio?
El primer aspecto que necesitamos para liderar el cambio es gestionar nuestros recursos, propios o los de un equipo (sus fortalezas, sus talento), con el fin de lograr los objetivos. Esta es una cualidad muy apreciada por las empresas. Sin embargo, no es suficiente. Existen otras variables que juegan un papel decisivo en el logro de resultados: la motivación, el clima laboral, el desarrollo personal, etc.
Para ello necesitamos incorporar el segundo aspecto, gestión personal o de las personas con las que nos relacionamos. Lo cuál implica activar nuestra motivación o la de nuestro equipo, para lograr implicarnos e implicarles en un proyecto de cambio. El objetivo es extraer lo mejor de nosotros y de las personas que nos rodean. En suma, lograr el compromiso con el proyecto. Para ello es necesario desarrollar una serie de habilidades que tienen que ver con la dirección de personas: coaching, mentoring, dinámicas de construcción de equipos, etc.
Podríamos deducir que con estos dos aspectos, estaríamos ante un líder. Sin embargo, hay un tercer aspecto que incorporan los grandes líderes: su capacidad para liderar el cambio.
“Los líderes son los que, además de poner el foco en los objetivos y extraer lo mejor de ellos mismos y de su equipo, hacen que las cosas sucedan, cambien y se transformen. Son los que lideran el proceso, ya sea de transformación personal o de un equipo o de una organización.” |
¿Cómo lo hacen?
En mi opinión, el elemento clave es el desarrollo de la inteligencia emocional y colectiva o social. Es decir, cómo de bien nos gestionamos a nosotros mismos y a nuestras relaciones. Es este aspecto, el que distingue a aquellos que se convierten en líderes, por encima del cociente intelectual o los conocimientos técnicos sobre un área concreta. Y se materializa del siguiente modo:
Primero incorporando las siguientes habilidades:
- Conocimiento de uno mismo
- Regulación emocional
- Empatía
- Habilidades sociales como la comunicación y el liderazgo.
Segundo tomando conciencia de las emociones asociadas a estos procesos de cambio. Experimentando dichas emociones y siendo capaz de soltar el miedo (u otras emociones) que nos provoca el cambio.
Y tercero mostrando una actitud abierta al aprendizaje continuo. La forma de ir venciendo el miedo y la incertidumbre asociada a cualquier cambio.
¿Por qué es importante la inteligencia emocional en los procesos de cambio?
Porque la emoción siempre va a estar presente en dichos procesos. Principalmente el miedo, que provocará varias reacciones: huida y desentendimiento, rechazo y lucha, parálisis y estancamiento.
“Quién sepa gestionar los miedos y las diferentes reacciones que provoquen, canalizando estas emociones racionalmente, dominará y liderará el cambio.” |
“¿Qué es la gestión del cambio? Gestionar los miedos propios y ajenos” (José Aguilar)