No hay multitudes a los costados de la milla extra.

Este dicho se suele utilizar para hacer referencia a los sacrificios necesarios para lograr llegar a lo extraordinario. Ese esfuerzo adicional que nos conduce a mejorar, a crecer, a desarrollarnos. A llegar a un lugar en el que sólo los comprometidos con un objetivo logran alcanzarlo. Es un mensaje típicamente motivacional, y es una temática repetida que vemos en videos, películas, libros, etc…

“La cuestión clave es preguntarnos la razón por lo que lo hacemos: ¿por qué nos sacrificamos?

¿Por qué subieron las escaleras?

Bruce Springsteen, en sus Memorias, cuenta el impacto que le provocó la imagen de los bomberos en los atentados del 11 de Septiembre. Aquella imagen mientras ascendían las escaleras del World Trade Center, quedaron grabadas en su memoria. Todo aquel esfuerzo para intentar salvar aquellas personas que estaban atrapadas entre el humo, el fuego y el caos. Era un cruce entre la vida y la muerte. Aquellos que descendían corriendo hacia la seguridad de este mundo (trabajo, familias, amigos… todo lo que es la vida), y aquellos que subían para quedarse sin aire, atrapados y dejando atrás todo lo que querían… El encuentro con la muerte.

Podemos pensar que era su obligación, su deber, su trabajo… Sin embargo, como explica Springsteen “si amas la vida o alguna parte de ella, la profundidad de dicho sacrificio de aquellas personas resulta impensable e incomprensible”. Probablemente muchos subieron obligados. Sabían que iban a morir allí arriba, por llegar a esa “milla extra”, e intentar salvar vidas. El fin último de su trabajo.

La motivación máxima está en el propósito.

Estoy seguro que ninguno de ellos pensó en esos momentos qué es lo que les impulsaba a subir, simplemente lo hicieron y punto. Pero detrás de esa acción hay una motivación mayor. Hay un propósito que tiene que ver con algo más grande que uno mismo. Que conecta con el amor, con la vida, con salvar a personas que estaban en peligro. Y que en última instancia o en primera, le da sentido a esa acción aparentemente sin sentido.

En la mayoría de los casos, afortunadamente cuando en nuestros trabajos o en nuestras vidas, sacrificamos algo, o hacemos un esfuerzo adicional, no ponemos en riesgo nuestras vidas. Sin embargo, este ejemplo, sirve para ejemplificar en qué consiste el sacrificio, y qué es lo que provoca: el paso de lo ordinario a lo extraordinario.

Cuando queremos realizar un cambio o una transformación en nuestras vidas o en nuestros trabajos, exige dar un poco más, esforzarnos en algo. Es el precio que hay que pagar. Y en ese esfuerzo adicional, estamos solos (“No hay multitudes a los costados de la milla extra”). Es un trabajo a puerta cerrada, y es lo que marca la diferencia en el terreno de juego. Sea cuál sea el terreno en el que vayamos a competir. Ese sacrificio, ese dar un poco más, es lo que nos hará destacar y transformarnos.

Dar un poco más para vencer el miedo al cambio

Para poder “dar ese poco más”, es necesario tener una intención, tener un por qué, o un propósito. Hay que darle sentido a lo que hacemos. Si no, el sacrificio no se producirá. La falta de esfuerzo extra es una de las claves del miedo al cambio. No cambiamos porque nos cuesta afrontar el trabajo necesario para poder realizar ese cambio.

“Sin embargo, cuando tenemos claro qué es lo que queremos, nuestro propósito, comienza a ponerse en marcha la maquinaria del cambio. 

Entonces aparece el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio… y al final llega el cambio”

Resulta curioso comprobar como muchos directivos y managers se quejan de la falta de sacrificio o de esfuerzo de sus empleados. Muestra inequívoca de la desmotivación o falta de compromiso. Y es en la ausencia de propósito, dónde radica el problema. Mientras que el empleado no sepa el propósito o la intención de lo que hace, será muy difícil que realice esfuerzos extra o sacrificios. Los podrá hacer, pero nunca lograremos su compromiso.

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Nos sacrificamos porque tenemos un propósito. Porque queremos llegar a algo distinto a lo que tenemos. Porque tenemos una motivación intrínseca que nos hace dar ese poco más.

La cuestión clave en el sacrificio es descubrir cuál es la intención o el propósito que perseguimos. Y esa es una cuestión que sólo podemos responder cada uno de nosotros internamente.

“Encuentra lo que amas y deja que te mate” (Charles Bukowski)

Burning Heart – Survivor