HACER PIÑA PARA SER EQUIPO

Liderazgo creíble y demostrable delante del equipo

El Mundial de Fútbol es un magnífico escaparate para analizar conductas y comportamientos de líderes y equipos. Y nos permite extraer algunas lecciones y aprendizajes para aplicar en el mundo de las organizaciones empresariales. Hoy quiero detenerme en unas declaraciones que escuché esta semana de un periodista, que sorprendido, explicaba el magnífico ambiente interno que reinaba dentro del equipo español.

 

Probablemente, uno de los máximos responsables de haber logrado este clima es su entrenador y líder indiscutible: Luis Enrique. Nos puede gustar más o menos su forma de ser y de comunicar. Podemos estar más o menos de acuerdo en sus decisiones (todos creemos saber más que los profesionales). Pero lo que nadie puede negar es que ha conseguido tener un equipo alineado con sus ideas, comprometido y que va a muerte con su entrenador. ¿Por qué?

Ponerse por delante del grupo para hacer equipo

Porque cuando a una persona del grupo se le ataca, se le critica o recibe determinados comentarios negativos, el resto del grupo se alinea y agrupa para defenderle e ir hasta el final con él. Haciendo suya la causa de la persona que está siendo atacada. En suma, se refuerzan los lazos que unen al grupo y surge un espíritu de pertenencia al equipo inquebrantable. De hecho, el grupo se convierte en un EQUIPO, y comienza a actuar como una piña, siendo inmune al ruido externo.

 

Este tipo de liderazgo es necesario cuando un grupo es joven, cuando necesita una figura que marque el camino, muestre la visión y necesita consolidarse como equipo. Es en los inicios de cualquier actividad dónde necesitamos sentirnos protegidos. Porque cuando alguien crece con la sensación de ser protegido (en este caso serían los jugadores), aprende a confiar en los demás y en sí mismo. Una consecuencia de esto es que logra establecer fácilmente vínculos cercanos y afectivos con los demás (se crea la famosa piña). En cambio, si uno no se siente protegido, le será muy difícil vencer el miedo a involucrarse afectivamente con los otros.

 

La historia se repite…

Este mismo caso sucedió con otro técnico, Luis Aragonés.  Que generó un debate nacional sobre si era el indicado para dirigir a aquel equipo que a la postre se convertiría en el mayor éxito de nuestra historia futbolística. Un entrenador que recibió criticas, que fue machacado por la prensa con ataques personales. Sin embargo, se mantuvo firme y fiel a sus ideas y jugadores. Y el equipo le correspondió dando todo y defendiéndole a muerte. Ya sabemos cómo acabó aquella historia, iniciándose el periodo más brillante del equipo y encadenando 3 campeonatos (Euro 2008, Mundial 2010 y Euro 2012).

 

Esto no quiere decir que estemos ante el mismo caso o que la historia vuelva a repetirse.  ¡Ojalá suceda! Pero lo cierto, es que se están sentando las bases para que el equipo alcance un nivel de madurez que le lleve a lograr éxitos similares. De hecho, según el modelo de Liderazgo Situacional de Ken Blanchard, el líder y el equipo hoy estarían en un Estadio 2 avanzado, en mi opinión.

  • Estilo de liderazgo persuasivo E2: el líder explica sus decisiones como jefe de proyecto, intentando proveer la información necesaria para que el equipo acepte tus ideas.

 

  • Nivel de madurez del equipo M2: Miembros con carencias de cara a realizar determinadas tareas, pero con predisposición y confianza.

 

El éxito y el fracaso son dos grandes impostores para un equipo

Es probable que, a este equipo, como a todos los que compiten en este Mundial, se le mida por los resultados que consiga. Y, en función del lugar que ocupe en la competición, se considere un éxito o un fracaso Aunque en mi opinión, el verdadero éxito de un equipo radica precisamente en alcanzar ese clima y ese espíritu de pertenencia del que disfruta hoy el equipo español.

 

Y concluyo con una frase que me encontré en el libro “La Metamorfosis” de Martí Perarnau, que puede servir para frenar una euforia desmedida y poco aconsejable en este tipo de competiciones.

 

“La mayor causa de los fracasos es querer adelantar los éxitos.

 Los éxitos llegan cuando han de llegar, no antes.”

 (José Luis Martínez)

 

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