¿Desde dónde actúa un líder y qué ejemplo da a su equipo?

Y tú, ¿qué harías sí te llega “la oportunidad de tu vida”?

Imagina que eres el responsable de un equipo al que lideras desde hace poco tiempo. Además, la vida te sonríe y los resultados te acompañan. Ahora bien, tu trabajo no pasa desapercibido para otros equipos que se encuentran en una situación delicada, y están dispuestos a todo por hacerse con tus servicios. De tal forma que te llega una oferta mareante para que cambies de barco a mitad de camino. ¿Qué harías TÚ sí te llega “la oportunidad de tu vida”? ¿Aceptarías la oferta, dejando tirado a tu equipo? ¿O respetarías el compromiso que firmaste hace unos meses para liderar el proyecto actual?

 

Expongo esta situación, porque este mismo caso ha ocurrido esta semana con un entrenador y dos equipos de la Liga ACB de Baloncesto. Desde la barrera, seguramente, juzgamos que “está mal” romper el compromiso con el equipo actual a mitad de temporada para irse a otro proyecto: “es una putada”, “eso no se hace”, “es un mercenario…” Pero qué sucede cuando el protagonista eres tú. Es decir, cuando tienes que elegir entre la palabra dada, el compromiso adquirido y el equipo actual al que diriges o una suculenta oferta económica para liderar un equipo con más recursos o un proyecto que colma todas tus aspiraciones profesionales. En ese caso, muy probablemente y me incluyo, buscaríamos y encontraríamos razones de peso suficientes para cambiar de aires, y justificar esta decisión.

Dinero, Moneda, Inversión, Negocio, Finanzas, Banco

Ética y moral

Entonces, ¿por qué cuando juzgamos a otros somos implacables, pero cuando nosotros somos los protagonistas, somos más condescendientes y siempre encontramos una justificación? Decía G.K. Chesterton que “lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Y lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto.”

 

Quizá, la causa de esta diferencia de criterio esté en dos conceptos que hemos olvidado o a los que no les prestamos la atención que se merecen. La ética y la moral.  La ética se relaciona muy estrechamente con la moral, pero es diferente a esta. Mientras la moral se refiere a normas adoptadas por tradición, la costumbre, la ética es una disciplina que reflexiona sobre cuáles acciones serían correctas. De esta forma, en el lenguaje común la ética también puede ser entendida como el sistema de valores que guía y orienta el comportamiento humano hacia el bien.

 

Cuando no existe un sistema de valores o principios…

Volviendo al caso que comentábamos al principio, no deberíamos juzgar si algo está bien o está mal. Como dice Chesterton, todos sabemos cuando algo está mal o está bien, y desde ahí cada uno actuará en conciencia. Lo que debemos darnos cuenta es sí nuestro comportamiento es correcto o no, y guiarnos por un sistema de valores que nos oriente hacia el bien. Mucho más, cuando somos líderes o responsables ante un equipo.

 

Y es aquí, donde está el meollo de la cuestión. ¿Por qué? Porque, ese sistema de valores que guía y orienta, ha dejado de ser inviolable. Es decir, no tenemos claros cuáles son esos valores supremos. Por ejemplo, el relativismo que considera que toda verdad ética o moral depende del contexto de cada persona, nos ha llevado a comportamientos dónde todo vale con tal de conseguir mi objetivo. De esta forma, cada hombre se ha convertido en la medida de todas las cosas, en función de sus circunstancias, su contexto, sus creencias, sus deseos o sus caprichos. Así, podemos realizar cualquier acción, aunque no sea correcta, para alcanzar nuestro fin, amparándonos en la Teoría de los fines y medios de Maquiavelo.

 

El egoísmo racional

Incluso, podemos aceptar como correcta la acción de aceptar “la oportunidad de tu vida” sí seguimos los postulados de la Ética Objetivista de Ayn Rand. Esta filosofa sostenía como conducta virtuosa el que cada individuo tenga como fin de su vida la satisfacción de sus proyectos racionales, sin violentar los derechos racionales de los demás ni aceptar que se violenten los propios. De hecho, sí el valor supremo de la vida de un hombre es su propia vida, estaría justificado realizar cualquier acción que condujera a obtener la máxima satisfacción, bienestar o felicidad del hombre por encima de cualquier otra consideración.

Objetivismo es Objetivismo – Objetivismo.org

El principio social básico de la Ética Objetivista es que, igual que la vida es un fin en sí misma, así también todo ser humano vivo es un fin en sí mismo, no un medio para los fines o para el bienestar de otros. Esto significa que el hombre debe vivir para su propio provecho, ni sacrificándose a otros ni sacrificando a otros a él. Vivir para su propio provecho significa que el logro de su propia felicidad es el objetivo moral más alto del hombre. Entonces, ¿qué pasa cuando tienes un compromiso adquirido con otros, por ejemplo, un equipo, una empresa o una organización?

 

El líder predica a su equipo con el ejemplo

Y ese es el tema crucial del asunto: ¿cuándo se cruza la línea y se comienzan a violentar los derechos racionales de los demás? Esa es una cuestión que cada uno debe dirimir en conciencia. Teniendo claro que un líder es un referente para su equipo. De tal forma que su comportamiento ético o no, será un ejemplo o no para cada miembro del grupo. Sí un líder muestra comportamientos éticos genera comportamientos éticos en su equipo. Así de simple. El conflicto aparece cuando su sistema de valores o principios éticos no son lo suficientemente fuertes o no coinciden con los del equipo. Entonces, ¿qué sucede con en el nivel de compromiso del equipo, cuando el líder acepta “la oportunidad de su vida”?

 

En ese caso, es lícito que cualquier miembro de un equipo, puede preguntarse sí merece la pena mantener el nivel de compromiso e implicación, cuando su líder abandona el barco. Aunque sea en virtud de maximizar su propia felicidad. O cómo recibirá el nuevo equipo a esa persona que dejó tirado a su anterior equipo. Más de uno podría pensar, “sí lo hizo con su anterior equipo, ¿puedo confiar en él/ella o nos dejará tirados cuando aparezca otro proyecto más atractivo?”. Por eso, no es baladí la cuestión de la ética en relación con el liderazgo. O esclarecer cuál es el sistema de valores que debe guiar y orientar cualquier equipo, empresa u organización.

 

 

“Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo.”

(Albert Camus)

 

 

NOTA DEL AUTOR

Con este post no he querido juzgar sí está bien o mal determinados comportamientos. Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra. De hecho, este post me ha confrontado con muchas situaciones en mi vida en las que ni he actuado bien ni correctamente. Y, probablemente, este sea uno de los posts que más me ha costado escribir y he reflexionado mucho sí publicarlo o no. Al final, todo depende de ese “sistema de valores” al que me refería. Cada cual debería pensar y reflexionar sobre cuáles son esos valores supremos que guían y orientan nuestra vida, cuál es nuestro fin último y cómo alcanzarlo, obviamente, sin violentar o dañar al prójimo.

 

Sí quieres saber más sobre coaching, liderazgo de equipos o gestión de equipos de trabajo, no dudes en contactar con nosotros. Y pregunta por nuestros procesos de trabajo, servicios de coaching de equipos y coach personal y profesional.

Pídenos un presupuesto sin compromiso