¿Equipo con futuro? ¿Por qué?
La Euro terminó para España: un equipo con futuro.
Este es uno de los titulares que podemos encontrar hoy en la prensa. De hecho, en un mundo tan dispar como es el del periodismo deportivo, donde la polémica y la polarización van de la mano, parece haber cierta unanimidad en el juicio respecto al futuro de este equipo. Este equipo tiene futuro. Pero ¿por qué? ¿Qué rasgos se vislumbran para poder realizar esta afirmación?
La inmensa mayoría de los seguidores y, sobre todo, profesionales del mundo del fútbol, coinciden en destacar la calidad innegable de algunos jóvenes talentos (Pedri, Olmo, Eric, Pau, Ferrán…). Sin embargo, convendría ir más allá de estas apreciaciones técnicas. Porque los que ya peinamos canas, hemos visto otros grandes equipos con futuro que caían jugando el mejor partido. Pero nunca llegaron a alcanzar la cima en torneos posteriores. De verdad, ¿podemos ser optimistas respecto al futuro de este equipo?
Un equipo no se construye en un día…
Hace un par de semanas, asistía a la presentación del libro “Equipos con futuro” de Álvaro Merino y Joan Capdevila. A la vista de los acontecimientos, todo un acierto la elección del título. El libro realiza un análisis en retrospectiva de aquellos aspectos que llevaron a “la Roja” a vivir los grandes éxitos de aquellos 4 maravillosos años cuando encadenaron victorias en Euro 2008, Mundial 2010 y Euro 2012. Sin embargo, la presentación del libro llegaba justamente un día antes del decisivo partido contra Eslovaquia. En ese momento las dudas inundaban el ambiente y estábamos muy lejos de pensar que la actual Selección fuera un equipo con futuro. Sin embargo, uno de los invitados, Vicente del Bosque, con todo el sentido común que le caracteriza, hablaba de «confiar en la Selección y su entrenador.»
También, conviene recordar una de las primeras frases que se pronunciaron en el acto:
“El éxito de aquella Selección comenzó casi 10 años antes, con el bloque de jugadores que estuvieron en los Juegos de Sidney. Los equipos no se construyen en un día, y el éxito llega cuando se han cumplido escrupulosamente todas las etapas hasta construir un equipo. No hay atajos. De hecho, la causa principal de los grandes fracasos radica en las prisas por querer saltarse ese proceso de construcción.”
Bajo esta premisa podemos empezar a hablar y entender de qué va esto de los equipos. Algo que aplica tanto al ámbito del deporte como al mundo de la empresa.
Lo que nos hace ser optimistas.
Desde fuera, hay comportamientos y declaraciones de los protagonistas que nos invitan a ser optimistas:
- El equipo se ha mantenido unido a pesar de las dificultades y las críticas. Ha demostrado ser un equipo cohesionado. Todos han hecho piña y las declaraciones de unos y otros lo demuestran.
- Ha imperado el bien común o alcanzar el objetivo compartido, y donde los egos no han marcado la dinámica grupal, a diferencia de otras Selecciones.
- Tanto los jugadores como el entrenador tenían esa ambición competitiva, o lo que comúnmente conocemos como “hambre por ganar”. Pese a que muy pocos creíamos en ellos.
- Han mostrado humildad en cada lance de los partidos. Y tampoco nadie ha sacado los pies del tiesto con declaraciones altisonantes.
- Y un entrenador LÍDER que ha realizado un trabajo impecable, pese a quién pese.
Obviamente, para poder juzgar otros aspectos clave para el desarrollo y construcción de un equipo, como la empatía, la confianza, los valores, etc, es necesario estar dentro. Vivir en la dinámica del grupo. Pero tanto la comunicación verbal como la no verbal, hacen pensar que todos esos elementos están creciendo a pasos agigantados, como han ido demostrando “partido a partido”.
¿Qué le falta para ser un equipo con futuro?
Ayer el Presidente de la RFEF, Luis Rubiales, hacía referencia a pequeños detalles. Ya lo decía el prestigioso entrenador de baloncesto John Wooden: “Son los pequeños detalles los que son vitales. Las pequeñas cosas hacen que sucedan cosas grandes.” No seré yo quien diga lo que le falta o le sobra a este equipo. Pero dejo una reflexión a propósito del futuro y el tiempo. Los griegos distinguían el tiempo en 3 categorías asociándolas a los 3 grandes dioses relacionados con el tiempo: Cronos, Aión y Kairos. Cronos es el Dios del tiempo, es el devenir del tiempo que inevitable nos alcanza a todos. Aión pone el acento en el crecimiento, lo sustancial no son los años que pasan sino la experiencia de la vida. Y Kairos representa el momento adecuado, ese “instante preciso” en el que hay que estar preparado y tener suerte.
En mi opinión, esta Selección está en el tiempo de «aión», de crecimiento, de vivir experiencias para crecer. Teniendo claro lo que hacen, cómo lo hacen (el estilo) y por qué lo hacen (propósito). Sin prisas, pero cumpliendo etapas, aunque obviamente a todos nos hubiera gustado que ayer hubieran ganado. Y, sólo el destino, Dios o la Vida sabe sí este equipo vivirá un momento “kairos” como lo vivió la anterior generación de Casillas, Xavi o Puyol. Porque Kairos no entiende de justicia, y el fútbol tampoco.
“Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.”
(F. Nietzsche)
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