El papel protagonista de las emociones
¿Por qué el Homo Sapiens logró imponerse al resto del género Homo que poblaba la Tierra hace 70.000 años? ¿Qué razones provocaron que nuestros antepasados pasaran de ser cazadores recolectores a sedentarios agricultores empeorando su nivel de vida? ¿Por qué los individuos que supuestamente son menos cooperativos (los hombres) ocupan los principales puestos de responsabilidad en los gobiernos o en las empresas frente a los individuos que supuestamente son más cooperativos (las mujeres)?
La historia de la humanidad ha intentado dar respuesta a estas y otras preguntas, centrándose en aspectos puramente lógicos y racionales. Sin embargo, un análisis más profundo y detallado nos muestra que hay que acudir a aspectos emocionales para responder a estas cuestiones que han marcado la evolución de la humanidad.
“El origen del cambio y la evolución nace de la emoción. La emoción nos mueve, y la razón nos guía, nos dice Leslie Greenberg. Las emociones son el motor del proceso evolutivo. Son las que han provocado que el hombre afrontara los cambios para ir pasando las diferentes etapas que conforman nuestra historia.” |
¿Por qué triunfó el Homo Sapiens sobre el resto de homínidos?
Yuval Noah Harari en Sapiens, nos explica lo que hizo triunfar al Homo Sapiens sobre el Homo Neardental. La razón estriba en su capacidad para cooperar en grupos de individuos cada vez mayores. Es decir su habilidad social para establecer relaciones.
También nos cuenta que el paso de cazadores recolectores a agricultores, se sostiene por el aumento del número de hijos. En el que probablemente influyeron aspectos emocionales.
Y es probable que la supremacia del hombre sobre la mujer se deba a unas habilidades sociales superiores. Aunque en el último siglo los papeles de género han experimentado una revolución extraordinaria.
En suma, las emociones han estado presentes desde el principio de nuestros días como Homo Sapiens. El sistema límbico cerebral, centro generador de las emociones, ha jugado un papel protagonista en determinadas cuestiones como las anteriores. Entonces, ¿por qué desde Platón a Descartes, pasando por Kant hasta llegar a nuestros días, la racionalidad y la lógica ha sido la marca del pensamiento occidental, dejando relegadas a las emociones a tener un papel tan secundario cuando nos cuentan la historia de la humanidad?
Inteligencia Emocional y Liderazgo
Cuando repasamos los grandes personajes históricos, descubrimos sus cualidades como líderes, y cómo fueron capaces de desarrollar las principales competencias que conforman la inteligencia emocional. Hoy en día, buscamos que todas esas cualidades que aparecen en los grandes líderes de la historia se puedan trasladar al ámbito de la empresa. Damos recetas a los managers sobre cuáles son los puntos sobre los que descansa el liderazgo efectivo, inspirador, situacional, etc…
Sin embargo, seguimos negando la mayor: ocultamos el mundo de la emoción en nuestras empresas. No tenemos en cuenta las reacciones emocionales y la gestión de las mismas ante determinadas situaciones:
- Qué es lo que sucede cuando somos tratados injustamente.
- Cuando existe una sobrecarga de trabajo.
- Sí desconocemos para qué trabajamos.
- O sí estamos viviendo un problema personal que afecta a nuestra productividad…
“Para poder dar un giro a lo que sucede en nuestras empresas y equipos es necesario crear espacios dónde podamos hablar de nuestros sentimientos con facilidad. Un entorno dónde encontremos seguridad emocional y empatía. Y esta responsabilidad debe ser compartida por managers y empleados. Conocer que está sucediendo con nuestras emociones es el modo más inteligente de reconciliarnos con nuestra historia.” |
¿Por qué es importante tener en cuenta a las emociones?
Porque nos hacen más inteligentes, nos hacen más sabios. Nos dan una información que es importante para nuestra adaptación al entorno en el que vivimos. No es una cuestión de volvernos solamente emocionales, sino de integrar la cabeza con el corazón. Lo que nos permitirá dirigir racionalmente nuestras acciones nacidas de la emoción. De esta forma podemos relacionarnos de modos emocionalmente más inteligentes o inteligentemente más emocionales, primero con nosotros mismos y luego con nuestro entorno.
“Cualquiera puede enfadarse, eso es sencillo. Pero estar enfadado con la persona adecuada, en grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y de la forma correcta, eso no es sencillo” (Aristóteles)