Amar lo que hacemos.

Hace un par de días una amiga después de leer mi último post, me dijo unas palabras que me hicieron reflexionar. “¿Amar lo que hacemos? Muy difícil…¿Utopía? Sólo unos pocos estáis destinados a esto”. Y terminaba diciendo: Encontrar lo que nos apasiona es fácil. Lo difícil es vivir de ello”.

Estoy convencido que muchas personas suscribirían cada una de estas palabras. Soy consciente que son sólo unos pocos, los privilegiados que pueden disfrutar de lo que hacen, de su trabajo. Aunque no creo que sea una utopía o que ese privilegio esté reservado sólo para unos elegidos. La cuestión clave está precisamente en averiguar qué es lo que nos apasiona. Luego, ya vendrá el cómo podemos vivir haciendo lo que nos apasiona.

Descubrir qué es lo que nos apasiona

Creo que no es una tarea sencilla. De hecho, a mí me ha costado unos cuántos años, y todavía me sigo preguntando sí realmente he encontrado mi pasión. Basta hablar con compañeros o con amigos, para darse cuenta que no hay tanta gente que sepa decirte qué es lo que realmente le apasiona. Ni siquiera te responden apasionadamente cuando hablan de sus hobbies o aficiones. Normalmente quién responde apasionadamente, es quién si conoce su pasión, y en mayor o menor medida se dedica a ello.

“Sí fuera fácil encontrar lo que nos apasiona, no habría tanta gente con baja motivación o desmotivados en sus trabajos.

La cuestión es que para saber lo que nos apasiona, tenemos que mirar dentro de nosotros. Y en muchos casos  esto dejamos de hacerlo hace mucho tiempo.

Las obligaciones, las prisas, las circunstancias que nos creamos, los miedos… Todo conspira para que no hagamos ese trabajo interior.”

Descubrir nuestro «elemento»

Ken Robinson en su libro «El Elemento» explica que podemos encontrar nuestro elemento por varias vías:

  • Matt Groening, el creador de los Simpsons, fue capaz de encontrar su pasión a una edad muy temprana.
  • Otros tienen la suerte de encontrar un mentor que ve cualidades especiales en alguna materia, y les guía para que puedan desarrollar todo su talento.

Sin embargo, cuando las cosas no están tan claras o no somos tan “afortunados”, ¿qué sucede?.

¿Qué hace que tomemos determinadas decisiones que nos alejan de nuestra verdadera pasión o de algo que nos gusta hacer?

Las causas que nos alejan de nuestra vocación pueden ser múltiples:

  • Las creencias que tenemos fruto de la educación recibida por nuestra familia
  • Las influencias de los amigos
  • Diferentes sucesos o eventos que pudieron truncar los sueños que teníamos…

A veces hay situaciones que impiden que sigamos el camino que queríamos, y esto es una putada. Como por ejemplo le sucedió a Ken Robinson, al que una enfermedad truncó su sueño de convertirse en futbolista. Aunque en mi opinión, nada sucede por casualidad, pero esa es otra historia…

Elegir significa renunciar a otras posibilidades

Cuando tomamos una decisión, estamos eligiendo algo que queremos e inevitablemente renunciamos a otras cosas. Por ejemplo, pudimos elegir estudiar algo porque tenía más “salidas” a la hora de ponernos a trabajar. O pudimos comenzar a trabajar en lugar de seguir estudiando. Ahí está una de las claves: ¿Qué queremos y a qué estamos renunciando cuando elegimos un camino determinado?

“Cuando tengas que elegir entre dos caminos, elige el camino que tenga corazón. Quien elige el camino del corazón no se equivoca nunca” (Las Enseñanzas de Don Juan)

En la vida estamos continuamente eligiendo. Y algunas de esas decisiones son clave para nuestro presente y determinarán nuestro futuro. Cuando elegimos una opción, en ese momento, es la opción perfecta, sin embargo con el tiempo, puede suceder que esa “elección perfecta” deje de serlo. Entonces cuando nos sentimos perdidos. Con “lo que nos apasiona” sucede algo parecido.

“En alguna parte del viaje, elegimos un camino que poco tenía que ver con lo que nos gustaba o nos motivaba.

Decidimos elegir algo que permitiera ganarnos la vida para cumplir unos deseos determinados.

¿Cómo nos re-encontramos?

Volviendo a los orígenes, a nuestra esencia, a nuestros valores, a lo que nos gustaba hacer, a lo que se nos daba bien, a nuestras fortalezas, a descubrir aquello que nos hace diferentes y únicos.”

Capacidad para elegir el camino

Habrá algunos que me digan, “yo se lo que me apasiona, pero yo no puedo vivir de eso”. Por ejemplo jugar al pádel, ir de compras, correr, ver películas, hacer teatro…. Es cierto, que las circunstancias de cada persona son un mundo. No todo el mundo puede dar un giro de ciento ochenta grados a su vida para dedicarse a su pasión o a lo que le gusta.

Sin embargo, creo que los cambios no tienen porque ser tan radicales. Se puede ir trabajando poco a poco en el camino que realmente uno quiera emprender.

En el fondo, tenemos dos opciones:

  • Continuar quejándonos del camino que nos ha tocado recorrer y trabajar en algo que no nos gusta.
  • O plantearnos un cambio gradual y sostenido que nos permita dirigirnos a otro camino que tenga más sentido y nos apasione.

Quizás sirva como ejemplo la historia de «Marcos García, el policía local que pinta retratos para los monarcas de Arabia y Marruecos”

Decía Nietzsche que “Quién encuentra un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”. Lo importante es conocer qué quiero realmente, el cómo nos encuentra cuando sabemos lo que queremos.

Mike And The Mechanics – The Living Years