¿Cuáles son los pilares de un equipo?

La filosofía Spurs

Hay dos pilares fundamentales que sostienen al equipo de los San Antonio Spurs: la disciplina y el cuidado de las relaciones. Sobre ellos, se ha construido una de las dinastías más longevas y exitosas de la historia del basket mundial. La disciplina se traduce en exigir altos niveles de entrega en el cumplimiento del trabajo. Y el cuidado de las relaciones tiene que ver con la capacidad para preocuparse y cuidar unos de otros.

¿A quién montamos en el autobús?

La realidad es que los equipos que nos encontramos en el ámbito empresarial son un crisol de personalidades. Y en la mayoría de los casos, es complicado realizar profundas restructuraciones cambiando aquellas personas que no funcionan dentro del mismo, o prescindir de aquellas con las que no tenemos la más mínima afinidad.

Sin embargo, la realidad es que los equipos que mejor funcionan son aquellos dónde se ha tenido en cuenta qué tipo de personalidad debe tener cada miembro del mismo. Hay un dicho que repiten machaconamente en los Spurs: primero quién, luego qué. Sólo aquellos que sean capaz de cumplir con disciplina la exigencia del trabajo y demostrar resiliencia frente a la adversidad, pueden formar parte del equipo.

La disciplina tiene que ver con la perseverancia

La perseverancia significa trabajar de forma continuada, esforzándose al máximo, sin importar el tiempo que lleve alcanzar el objetivo fijado. Ello implica desarrollar otra cualidad que tiene que ver con una parte de la inteligencia emocional: la autogestión emocional.

Significa ser capaz de gestionar las emociones displacenteras (ira, miedo, tristeza) que aparecerán en el transcurso de la tarea, actividad o proyecto. Es decir, saber reaccionar de la mejor manera posible ante determinadas circunstancias adversas. Demostrar de qué estamos hechos cuando las cosas no van por el camino que deseamos.

El cuidado de los demás

Cuidar a los demás significa preocuparse y ocuparse del equipo. Tratar con respecto, empatizar con las ideas y sentimientos de otros, reconocer el trabajo, felicitar, elogiar o halagar cuando es preciso… Cuando se desarrolla esta cultura de cuidado del equipo, comienzan a cambiar los grupos, a generarse un sentimiento de pertenencia al mismo, y dónde todos comienzan a cuidar de todos, porque todos importan y son importantes.

Este pilar abre las puertas al desarrollo de la conexión de los equipos, de una buena y eficaz comunicación. Para poder instaurar este hábito, es necesario trabajar desde la humanidad, desarrollando valores como el respeto, la humildad, la compasión, etc…

Un equipo necesita discutir

Evitar el conflicto es una de las grandes disfuncionalidades de los equipos. Los conflictos aparecen en cualquier tipo de relación social debido a que tenemos una diferente percepción de la realidad. Y, por lo tanto, aparecerán diferentes formas de pensar, sentir o hacer ante determinadas cuestiones.

Los equipos que alcanzan las mejores decisiones y superan las dificultades son aquellos que se enfrentan a los temas tabú, a conversaciones difíciles. Son equipos que han debatido y han alcanzado el alineamiento sobre aspectos vitales, siendo capaces de ceder en algún momento en sus planteamientos individuales por el bien común.

“Ganamos juntos, perdemos juntos” (Gregg Popovich)