¿Cuáles son los tipos de liderazgo?
Liderazgo, transformación y visión
Uno de los mayores expertos en liderazgo, Warren Bennis, definió el término como «la capacidad para transformar la visión en realidad». De manera implícita cuando nos referimos al liderazgo, está presente la idea de transformación, como explicábamos en nuestro anterior post sobre “Qué es el liderazgo transformacional”. Cualquier transformación nace de una idea o un propósito que se materializa en una visión, y que sirve para representar el estado al que queremos llegar. Sin embargo, en función de los diferentes tipos de liderazgo, la visión se convierte en algo prioritario o accesorio.
Liderazgo visionario o carismático
No todo el mundo entiende el liderazgo de la misma forma, y tampoco existe una fórmula universal que sirva de guía para alcanzar dicha transformación. Los distintos tipos de liderazgo vienen determinados por la personalidad de cada líder. Así hay personas más soñadoras, creativas o innovadoras que se caracterizan por un liderazgo visionario. Buscan alcanzar una visión “disruptiva” que transforme la realidad y son capaces de transmitir esa idea, consiguiendo influir y persuadir al equipo para conseguirla.
Un ejemplo de este tipo de liderazgo fue el de Carly Fiorina, ex CEO de Hewlett Packard a finales de los 90. Representaba el ejemplo perfecto de una líder carismática y visionaria, con un fuerte magnetismo y capaz de despertar la pasión por el cambio. Al poco tiempo de acceder al cargo, se dedicó a construir una visión clara del futuro de la empresa, desarrollando estrategias grandiosas, unificando la marca HP bajo el eslogan “Invent”.
Liderazgo pragmático o de perfil bajo
Sin embargo, hay otro tipo de personas más pegadas a la tierra y al día a día, que lideran a través de los hechos reales que vive el equipo. Son personas que ponen todo su foco en resolver los problemas actuales. Aunque seguramente tienen una visión de adónde quieren llegar, prefieren centrarse en lo más prioritario, el presente.
El ejemplo más representativo es el de Louis V. Gerstner, ex CEO de IBM en los últimos años de la década de los 90. Alejado de los focos, centrado en el análisis exhaustivo de los datos, con una visión más pragmática de la realidad, centrado en recabar la opinión de sus clientes y obsesionado en crear una cultura de la disciplina con unos estándares de rendimiento, unos valores y una responsabilidad muy exigentes. Justo en el momento de acceder al cargo, Gerstner manifestó: “lo último que necesita IBM en este momento es una visión”. Eso no significaba que IBM no tuviera una visión, sino que sus prioridades se hallaban en cuestiones más básicas
¿Cuál es el liderazgo más adecuado?
Pues depende de la situación que viva el equipo o la organización. Hay situaciones en las que un equipo necesita centrarse en los problemas actuales y resolverlos. No tiene ningún sentido realizar un ejercicio de visión cuando existen otras prioridades o necesidades más urgentes dentro de un grupo, como la elección de personas adecuadas o conocer en profundidad el contexto en el que se mueve el equipo: situación financiera, relaciones entre los diferentes componentes del grupo, roles, tareas, etc.
Sin embargo, hay otras situaciones en las que el ejercicio de construir una visión es absolutamente necesario, para poner el foco hacía dónde dirigirse. La visión ayuda al equipo a tomar decisiones importantes y a focalizar sus recursos y esfuerzos. Permite tomar perspectiva y mirar a medio plazo. Y si se hace un ejercicio serio, generará el compromiso del equipo con metas más ambiciosas.
Combinar distintos tipos de liderazgo
La respuesta correcta a la hora de responder a la cuestión anterior sería que el líder fuese capaz de adaptar su comportamiento a las diferentes situaciones que vive el equipo, y adoptar alguno o una combinación de los distintos tipos de liderazgo. Esa fue la respuesta que dieron los psicólogos Goleman, Boyatzis y McKee, cuando establecieron seis estilos de liderazgo en función de diferentes componentes de la inteligencia emocional de cada persona.
Lo más importante es que los mejores líderes son aquellos que no dependen de un solo estilo de liderazgo (visionario, formativo, afiliativo, democrático, timonel y coercitivo). Sino que son capaces de adoptar distintos tipos de liderazgo, y demuestran su pericia para saber cuándo utilizar uno u otro en función de las circunstancias.
“Un buen líder lleva a las personas a dónde quieren ir. Un gran líder las lleva a dónde no necesariamente quieren ir, pero deben estar.”
(Rosalynn Carter)
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