La creatividad no sólo pertenece a unos cuantos

Hace unos años, asistí a una presentación en la que nuestro director de ventas nos arengaba a que vendiéramos más. Y lo hacía apelando a nuestra creatividad: “¡Tenéis que ser más creativos!”. Esas palabras se me quedaron grabadas, y sentí una mezcla de estupor, incredulidad e indignación. Pensaba que esa era una tarea reservada para “los jefes”, que por algo estaban ahí. O para un “departamento especial de creatividad” que se dedicara a crear nuevas formas de vender los productos y servicios, o hacerlos más atractivos. Sin embargo, hoy me doy cuenta de lo errada que fue mi reacción con respecto a aquella exhortación.

“La creatividad no es una competencia que sólo está al alcance de unos pocos genios. La realidad es que todos somos creativos o al menos tenemos el potencial para convertirnos en personas creativas, aunque como en el resto de competencias o cualidades, hay personas más creativas que otras.”

¿Por qué creemos que no somos creativos?

Probablemente porque nuestra educación se centró en el desarrollo de otro tipo de inteligencia (lógico-matemática y lingüística). Desarrollamos más el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro, y olvidamos desarrollar el hemisferio derecho.  Dónde se encuentran las áreas del cerebro relacionadas con la imaginación y la creatividad. Pensamos erróneamente, que dicha cualidad está reservada solamente a los grandes genios (pintores, músicos, escultores, escritores, actores, etc).

¿Cómo podemos activar la creatividad?

Según la RAE, “la creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos, o de crear nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales”.

Por lo tanto, siguiendo la definición, tenemos dos caminos para conseguir ser creativos:

  • Generando una idea nueva (algo disruptivo, completamente nuevo)
  • Asociando ideas ya existentes.

Algunos ejemplos de esta segunda forma de creatividad los encontramos en el mundo de la tecnología, el arte o la música:

  • Steve Jobs cuando creó el iPhone. Lo que hizo fue crear un producto nuevo combinando tres productos que ya existían por separado (iPad, teléfono móvil y ordenador con conexión internet).
  • Goya fue adquiriendo un estilo propio a través de la influencia de sus maestros Luzán, Bayeu o Mengs. De grandes pintores como Rubens, Rafael o Velázquez. Y de diferentes estilos pictóricos (tardo-barroco y rococó, barroco clasicista y neoclasicismo italiano…).
  • Los Secretos, en su disco “Algo Prestado” versionan algunas de las canciones de sus ídolos de juventud: Jackson Browne, Nick Lowe o Ron Sexsmith. En ellos se inspiraron para desarrollar su carrera musical.

Robar ideas

Este proceso se conoce como “robar ideas”, y también está presente en el mundo del deporte: entrenadores como Phil Jackson o Pep Guardiola han utilizado este método para desarrollar su carrera. Como el propio entrenador catalán admite en La Metamorfosis de Martí Perarnau: “Las ideas son de todo el mundo. Yo he robado las máximas posibles”.

La metodología es simple y sencilla, aunque ya sabemos que quizás en esa sencillez radique la complejidad. Sólo hay que nutrirse de todas las ideas, conceptos y experiencias de los que seamos capaces de almacenar en nuestra memoria.

Como apunta el filósofo J.A. Marina, “la creatividad se basa en la riqueza previa, aunque después el acto de decidir sea fundamental”. Y en ese proceso la memoria, se convierte en el elemento clave, no sólo por su capacidad de almacenamiento, sino también porque es capaz de reconocer, relacionar, generalizar, combinar e inventar… y en última instancia crear.

dispersion. conceptual computer artwork.

La actitud fomenta nuestra creatividad

Pero para convertirnos en “ladrones de ideas” (expresión utilizada por Perarnau), no sólo es necesario aprender de los grandes maestros que cada persona tenga en el desarrollo de su profesión, sino también vivir con los ojos bien abiertos para capturar cualquier tipo de conocimiento o experiencia que nos encontremos.

Estar atentos” es una de las mejores formas de construir nuestra memoria. Esa atención debe tener tres orientaciones, como señala Goleman:

  • Hacía el interior: el conocimiento de uno mismo y el autocontrol de las emociones.
  • Hacía los otros: desarrollando la empatía hacia otras personas
  • Y hacía el sistema en el que estamos inmersos, para poder ver otros campos que interaccionan con nosotros y de los que también podemos aprender nuevas ideas y conceptos.

En resumen, atención para desarrollar nuestra inteligencia emocional. Esta apertura, esta capacidad para estar atentos a lo que sucede, es lo que nos permite ampliar nuestra visión de la realidad, y en consecuencia de “nuestro mundo”.

Este post es fruto de dicho proceso:

  • Selección de una experiencia almacenada en mi memoria,
  • Lectura de varios libros y autores,
  • Recopilación de información y ejemplos,
  • Relación y combinación de ideas,
  • Finalmente crear un ensayo nuevo, que contiene una reflexión: enseñarte un modo con el que tú también puedes ser creativo.”

    “La creatividad se aprende igual que se aprende a leer.” (Ken Robinson)

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