¿CÓMO TRABAJAR LA VOLUNTAD EN LOS EQUIPOS? PARTE 1
Todo empieza cuando se activa la motivación…
La motivación es uno de los temas estrella dentro de las empresas y los equipos. Necesitamos gente motivada para poder alcanzar los objetivos que nos proponemos y para llegar al compromiso, cuando las cosas se ponen feas. Sin embargo, nadie habla de la voluntad, un concepto un tanto escurridizo y difuso que no sabemos definir con concreción, y que lo solemos asociar a otros conceptos como disciplina, esfuerzo, sacrificio, etc… Y, claro, en la sociedad en la que estamos, que busca el camino más fácil e inmediato, esto no cala.
Todo comienza cuando se activa la motivación. Y ésta surge cuando una persona o un colectivo, tiene un deseo, una necesidad o un interés. A partir de aquí, nos ponemos en movimiento. También hablamos de diferentes tipos de motivación (intrínseca o extrínseca), pero lo importante es que la motivación aparece cuando deseamos lograr algo. Y así, “eso” que deseamos, se convierte en un objetivo. En los equipos, por ejemplo, una forma de activar la motivación es creando la visión, el lugar al que queremos llegar. También es recomendable hacer este ejercicio individualmente, porque si no sabemos lo que queremos, alguien nos dirá qué es lo que tenemos que hacer.
Pero la motivación no es suficiente…
Un rasgo de la motivación es la fragilidad. Esto es muy fácil de comprobar. Basta con darnos cuenta que unos días nos levantamos con ganas y entusiasmados ante la perspectiva de alcanzar algo importante en nuestras vidas. Pero, de golpe y muchas veces sin darnos cuenta, comenzamos a levantarnos sin ganas, apáticos e indiferentes. En ese momento, está apareciendo el fenómeno de la desmotivación. Y, aunque no nos demos cuenta, siempre hay una causa que ha activado ese nuevo estado. ¿A quién no le ha ocurrido que al poco tiempo de comenzar un trabajo, una relación o un proyecto, se ha sentido «desmotivado o sin ganas»?
Fundamentalmente, sucede cuando comienzan las dificultades. Cuando nos damos cuenta que ese objetivo que anhelamos va a requerir más esfuerzo, más tiempo y más disciplina para alcanzarlo de lo que pensábamos. O cuando aparecen obstáculos que nos frenan y nos hacen dudar. Por ejemplo, los inicios en un nuevo trabajo suelen ser motivantes, pero al cabo de poco tiempo, si tenemos un jefe con el que no estamos alineados o vemos situaciones injustas, la motivación desaparecerá. Igualmente, si un equipo comienza a vivir situaciones adversas (no alcanzar objetivos intermedios, conflictos entre compañeros, etc), la motivación también caerá.
¿Qué necesitamos para superar esos momentos? Voluntad
La voluntad es la capacidad de ponerse objetivos concretos y luchar por ellos. Y luchar por ellos significa que cuando las cosas se ponen difíciles vamos a continuar trabajando para lograrlos, no vamos a rendirnos. El problema reside precisamente en que se nos adoctrina para tener éxito (ya sea personal o colectivo), pero no se educa la voluntad. Y es precisamente la voluntad, la clave para continuar el camino que nos lleve a ese objetivo.
Pero la voluntad no surge de la nada. Es cierto que hay personas más o menos voluntariosas. Sin embargo, la voluntad necesita educarse. La buena noticia es que se puede adquirir, aprender y desarrollar. Para ello es necesario partir de la siguiente premisa:
“Todo lo grande e importante en esta vida, requiere esfuerzo y algún tipo de renuncia.”
Además, la voluntad surge cuando de verdad QUEREMOS eso que deseamos o lo que necesitamos. Y ese QUERER está asociado a la determinación, a la existencia de un propósito firme, a una decisión sólida, a una entrega absoluta, etc.
El propósito fortalece la voluntad
Se suele decir que “dónde hay voluntad, hay un camino”. Y Herman Hess decía que cuando alguien de verdad necesita o quiere algo lo encuentra. No suele haber casualidades, sino que a base de empeño, determinación y tesón se va haciendo camino. Pero hay algo de suma importancia, que nos permite mantener la mirada en aquello que queremos: el propósito.
El propósito es lo que da sentido a la vida, tanto de las personas como de los equipos. Es la razón de ser, el para qué hacemos lo que hacemos. Y cuando encontramos algo que da sentido a lo que hacemos, la voluntad aparece y se va fortaleciendo. Hay cientos de ejemplos de empresas y personas que una vez encontraron su propósito, se mantuvieron en el camino, pese a las dificultades. Cuando hay voluntad, nada es difícil.
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.”
(Albert Einstein)
PD: En el próximo post explicaré cómo desarrollar la voluntad de manera individual.
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