Coaching personal/equipos para descubrir el propósito
¿Para qué hacemos lo que hacemos?
Esta es la pregunta que cualquiera persona o equipo debería hacerse a la hora de descubrir su propósito, es decir, su razón de ser. Porque el propósito es lo que da sentido a nuestras vidas, ya sea a nivel personal o grupal. Sin embargo, descubrirlo no es algo inmediato, ni tampoco sirve hacer una reunión con tu mente o las mentes de los diferentes miembros del equipo para identificarlo. Es algo mucho más sutil, que aparece en otro lugar, y dónde la ayuda del coaching (personal o de equipos) puede servir para comenzar a vislumbrarlo a través de esta pregunta.
Responder a esta cuestión requiere un ejercicio de auto-indagación, que se realiza no sólo con la razón, sino más bien con el corazón. Es decir, aparece cuando el propósito, el corazón se conmueve o se paraliza porque algo le toca. Es una sensación que te dice internamente que hay algo por lo que tiene sentido hacer lo que haces. Y, esto es algo interno, es decir, aparece a nivel persona, y posteriormente podemos hacer partícipes a personas que compartan nuestro propósito. Así surge el propósito de los equipos.
El manantial
Conociéndote, descubres qué quieres y para qué lo quieres. Hace unos días, vi una película donde los protagonistas mostraban diferentes propósitos, a partír de ellos desarrollaban qué querían en sus vidas y cómo actuaban para llevar a cabo sus objetivos. Esta película, El Manantial, es una adaptación de la novela de Ayn Rand, y en ella se puede observar con total claridad, cuál es el propósito de cada uno de los personajes: el poder, la libertad, las ideas propias… Y es a partir de ahí, donde se comienza a construir todo: los valores, la actitud ante la vida, las cosas que hacemos…Por ejemplo, los dos principales protagonistas tienen dos propósitos diferentes. Uno, el arquitecto Howard Roark (Gary Cooper) lo encuentra en sus ideas, en hacer su trabajo a su manera. El otro, el magnate de los medios Gail Wynand (Raymond Massey) busca el poder, y para ello da a la gente lo que quiere la gente.
El coaching personal o de equipos puede ayudar a descubrir el propósito. En primer lugar porque es a través de un proceso de acompañamiento, sostenido en el tiempo, donde podemos ir respondiendo a este tipo de preguntas. Es muy complicado, que una persona o un equipo pueda responder de forma inmediata a esta cuestión. Se necesita tiempo para madurar la respuesta a través de la indagación, del autoconocimiento, del cuestionamiento de creencias…
Cómo materializamos el propósito
En el cómo se encuentran los valores, cómo hacemos lo que hacemos. Y es lo que diferencia a las personas y los equipos. Uno prioriza el valor de la integridad, comprometiéndose con sus ideas y principios y sin ceder un ápice ante las presiones de otros para hacer las cosas de un modo diferente. El otro simplemente no le importa el cómo, ni los principios ni los valores. Su objetivo es conseguir su propósito, el poder, sea como sea. Para él no hay personas íntegras, todas tienen un precio, a las que se les puede comprar.
Todo parecido con la realidad actual es pura coincidencia… Pero seguro que podríamos encontrar ciertas similitudes en diferentes ámbitos de la política, el deporte, la empresa, las relaciones personales, etc… La cuestión es qué actitud tomamos ante esta situación. Podemos defender la postura de Groucho Marx: «Estos son mis valores, pero si no le gustan tengo otros». O podemos identificar aquello que para nosotros es vital, e intentar mantener una coherencia y respetarlos en cada cosa que hagamos.
Team Up: Equipos conectados a través de un propósito y unos valores
En mi opinión, para hacer equipo debemos tener presente estos dos aspectos, porque aquí se definen dos claves del liderazgo: para qué hacemos lo que hacemos, el propósito y cómo hacemos lo que hacemos, los valores. Podemos tener propósitos loables, pero pueden quedar invalidados sí fallan las formas. Por eso, es importante que los equipos y sus líderes descubran su propósito, algo que inevitablemente debe ir más allá del hecho de ganar dinero o de tener poder, sea al precio que sea.
Y, también, discutir cómo llevar a cabo ese propósito para integrar y hacer partícipes al mayor número de personas. Un equipo, si quiere ser equipo, todos sus miembros tienen que estar convencidos de la idea y de las formas para llevarla a cabo. Sí un entrenador le dice a su equipo lo que quiere y cómo hacerlo, pero hay algún miembro del grupo que no comparte esa idea y no accede a hacerlo de ese modo, el equipo se rompe. Por eso, a través del coaching, utilizando diferentes competencias (escucha empática, crear un marco de confianza, cuestionar creencias, plantear nuevas alternativas…) podemos ir integrando estos dos conceptos clave para liderar equipos.
“Antes de hacer cosas para la gente, tienes que ser la clase de hombre que pueda hacer cosas. Y para hacer cosas tiene que gustarte lo que haces.”
(Howard Roark, personaje de la novela El Manantial)
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