5 claves para el cambio.
Vivir en la incertidumbre.
El 15 de enero de 2009, Chesley Sullenberger pilotaba el vuelo 1549 de US Airways. Poco después de despegar, una bandada de gansos impactó contra el avión, inutilizando ambos motores. Supongo que la incertidumbre, el miedo y el pánico se apoderó de los 150 pasajeros. Sin embargo, Sully, el comandante y el resto de la tripulación mantuvieron la calma ante una situación de cambio inesperado. Finalmente, logró amerizar el avión en el Río Hudson, evitando una tragedia. Aquel acontecimiento se denominó el “Milagro del Hudson”.
Pero ¿fue un milagro solamente? Probablemente no. El comandante Sully supo resolver una situación adversa en apenas 3 minutos. Tomó una decisión en un contexto incierto. Y puso en práctica, la cualidad más demandada en entornos de cambio y transformación: la adaptación. Pero ¿qué aspectos necesitamos para desarrollar esta cualidad? O ¿cuáles fueron las claves que le permitieron a Sully vivir el cambio “forzado” con éxito?
1. Responsabilidad ante el cambio
La vida siempre nos pone a prueba. Puede ser una bandada de gansos que inutiliza los motores de un avión o una pandemia que cambia radicalmente nuestra forma de vida. En cualquier situación ante un cambio inesperado o forzado, es necesario asumir la responsabilidad ante lo que ocurre.
Toca hacerse cargo de lo que hay, aunque no entendamos por qué ni nos parezca justo. De nada sirve el victimismo o echar las culpas a los gansos, a un virus o a quien sea. El primer paso del cambio comienza con uno mismo, cuando tomamos la decisión de cambiar y para ello hay que actuar. Hay que cambiar el plan, no queda otra. Por ejemplo, Sully tomó la decisión de amerizar en el Río Hudson en apenas 231 segundos. Sabía que el avión no llegaría a ningún aeropuerto cercano y eligió la opción Hudson.
2. Objetivo con propósito
Cuando hay un hecho que cambia nuestra normalidad, necesitamos actuar. Fijar un nuevo objetivo. Y esto de los objetivos tiene trampa. De poco vale plantearnos objetivos ambiciosos o aquellos que anhelamos conseguir. Hay que fijar objetivos realistas que puedan alcanzarse en un tiempo razonable. Y, a poder ser, estos objetivos deben estar guiados por un propósito. Una razón de ser que justifique aquello que queremos.
El ejemplo del comandante Sully ilustra a la perfección como materializar objetivos realistas con propósito. Su objetivo desde que se dio cuenta de lo que ocurría fue amerizar en el Hudson. No podía plantearse otro objetivo más ambicioso como regresar al aeropuerto de La Guardia o aterrizar en aeropuerto de Teterboro, New Jersey. Y su propósito era el más grande que puede haber. Salvar el mayor número posible de vidas, es decir, las 155 personas que estaban en ese avión.
3. Motivación y compromiso
Cuando vivimos una situación de cambio, que exige nuestra adaptación a un nuevo entorno, la motivación resulta vital. Es complicado pensar en hacernos cargo de algo, cuando no estamos motivados. La motivación es la energía que nos mueve a actuar, por las razones que sean. Sin embargo, siendo necesaria la motivación, en los momentos más difíciles, es cuando se necesita algo más. Se necesita demostrar compromiso con aquello que queremos. Cuando las cosas se ponen feas y se acaban las risas, aparece el compromiso. Significa asumir una obligación e ir hasta el final, pase lo que pase.
Sully era un avezado piloto con más de 40 años de experiencia. Su extensa carrera como piloto sugiere que su motivación debía cimentarse en la pasión por volar. Y, obviamente, su compromiso con la profesión lo demostró tomando aquellas decisiones. De hecho, reconoció que “solamente hice mi trabajo ante las exigencias que aparecen cada tanto.”
4. Equipo, compañía, personas…
En las situaciones de cambio, los equipos o las personas que nos rodean son importantes. Son ellos quienes nos acompañan, nos dan ánimos o nos ayudan colaborando para salvar los momentos más difíciles. Los logros más transcendentales como sociedad se han vivido cuando las personas se han unido para colaborar. Esta es la razón por la que el Homo Sapiens se impuso al Homo Neandertal, y logró dominar al resto de especies.
Es cierto, que en el “Milagro del Hudson”, el protagonista es Sully. Sin embargo, también estuvo acompañado por su equipo. El copiloto y el resto azafatas de vuelo. De hecho, llegó a consultar con su copiloto, si se le ocurría alguna otra idea. Ambos, tomaron las decisiones correctas y avisaron a la tripulación para que prepara al pasaje para un aterrizaje de emergencia.
5. And last but not least… la experiencia en momentos de cambio.
Hay un factor clave cuando las cosas se ponen complicadas. Y en los momentos de cambio, las cosas se pueden poner muy feas. Ese factor es la experiencia. Escuché hace unos días a alguien, hacer esta pregunta. Sí tuvieras que jugarte el último tiro en un partido de baloncesto, ¿a quién le darías la bola? Respuesta: Michael Jordan. ¿Por qué? Porque era el más grande, el más talentoso, el mejor jugador de todos los tiempos.
En los momentos de cambio se necesita experiencia y determinación. No son momentos para “hacer inventos”. Se necesitan profesionales, expertos, personas que hayan vivido situaciones difíciles. Sully era un piloto experimentado. Aunque suene a “invento” lo que hizo, detrás de esa decisión hay horas y horas de pilotaje, de situaciones extremas y difíciles. Por eso, tomó la decisión que tomó y se jugó la última bola como lo hacía Michael Jordan. Así que cuando, vayas a abordar un cambio “forzado” no inventes, busca aquello en lo que eres realmente bueno y tienes talento. O déjate acompañar por personas que te puedan ayudar.
“El resultado no podemos elegirlo, pero si podemos elegir cómo llegar a ese resultado.”
(Javier Mascherano)
Sí quieres saber más sobre coaching, liderazgo de equipos o gestión de equipos de trabajo, no dudes en contactar con nosotros. Y pregunta por nuestros procesos de trabajo, servicios de coaching de equipos y coach personal y profesional.