Descripción de un puesto de trabajo.
Imagina que estás buscando un trabajo para formar parte de un equipo, y te encuentras con el siguiente anuncio:
“Se necesitan hombres para viaje peligroso. Salarios bajos, frío extremo, meses de completa oscuridad, peligro constante, retorno ileso dudoso. Honores y reconocimiento en caso de éxito”.
Muchas personas al leerlo descartarían presentarse al puesto, otros pensarían que su trabajo actual tiene ciertos paralelismos y otros se presentarían sin dudarlo demasiado. Lo sorprendente es que este anuncio que apareció en la prensa londinense en 1914, atrajo a miles de exploradores que se personaron para unirse a la expedición de Shackleton, con el objetivo de realizar la primera travesía continental de la Antártida.
¿Qué fue lo que impulsó a estas personas a presentarse para este trabajo? Obviamente, sí buscamos un razonamiento lógico, es difícil que alguien pudiera adherirse a un proyecto de estas características. Sin embargo, muchos exploradores encontraron una razón o una motivación.
La energía excita, el carisma inspira
La energía puede motivar a un equipo…pero ¿puede inspirar? Muchos responsables de equipo intentan motivar y buscar el compromiso de su gente con arengas, o con discursos emotivos que provoquen la adhesión a una idea para lograr objetivos. Se suelen utilizar actividades de teambuilding o expertos en motivación o presentaciones de alto impacto. Sin embargo, ¿qué sucede al día o la semana siguiente, cuando esa energía se ha ido?
Cuando un líder hace esto, lo que hace es mover energía del equipo, y a veces está bien, es necesario. La energía motiva, es fácil de ver, de medir o de copiar. Sin embargo, la energía se diluye, se transforma en un recuerdo, pero ya no moviliza.
Frente a eso, está el carisma de un líder. El carisma es difícil de definir, casi es imposible de medir y además rara vez puede ser copiado. Es algo inherente a la persona. Una persona carismática inspira, no motiva.
¿Qué se necesita para inspirar a un equipo?
Los líderes que marcan la diferencia tienen carisma porque tiene claro el PORQUÉ. Tienen una creencia eterna en un propósito o en una idea o en una causa, y la llevan hasta el final. Y esto poco o nada tiene que ver con la energía o con motivar. Es algo mucho más profundo, es inherente al propósito de la persona.
Hace unos meses, Martí Perarnau en la presentación de su libro La Metamorfosis, explicaba que Pep Guardiola no habla de liderazgo cuando dirige a su equipo. Sin embargo, él lo consideraba una persona carismática y con sentido común. Explicaba Perarnau: «Él convence desde la idea que defiende, aunque es capaz de mostrar flexibilidad en algunos de sus planteamientos. Sin embargo, su “porqué” no lo abandona nunca: El camino es uno”.
“La claridad del PORQUÉ del líder provoca la adhesión a la causa por parte del equipo. Porque nos identificamos con el propósito que persigue, con sus valores. La clave no está sólo en qué es lo que hace o en cómo lo hace, lo verdaderamente importante es PORQUÉ lo hace.” |
Cuando inspiramos tenemos fieles seguidores
Cuando una persona tiene claro por qué hace lo que hace (el propósito), cómo lo hace (la estrategia) y qué hace (la táctica) genera confianza en los demás. Crea una legión de seguidores que le apoyarán pase lo que pase, siempre y cuando estén alineados con el propósito y con los valores. Así surgen las personas que lideran a los equipos, y que los inspiran.
Un ejemplo de inspiración y fidelidad es Bruce Springsteen. Bruce tiene millones de seguidores, algunos un poco frikis, entre los que me incluyo. Como los hombres de Shackleton, los más frikis le seguimos, compramos sus discos, leemos sus entrevistas y libros, vamos a sus conciertos haciendo la gira con él, aguantamos colas eternas por estar a su lado, a veces pasamos frío, calor, lluvia… Estamos dispuestos a pagar en tiempo y dinero por seguirle.
¿Y por qué lo hacemos? Por lo que hace (sus canciones), por cómo lo hace (sus valores) y por qué lo hace (su propósito). Nos identificamos con él, y es capaz de inspirarnos. Por eso ha creado un liderazgo tan duradero en su banda, en su equipo, y con sus seguidores. Porque tiene claro su PORQUÉ, y nosotros se lo hemos comprado.
“La gente no compra lo que haces, compra el por qué lo haces” (Simon Sinek)