CAMBIAR PARA CRECER
Creencias que limitan el crecimiento de un equipo.
Cuenta John Wooden en su biografía «Wooden on Leadership», que la temporada 1961/62 fue clave para cambiar el destino del equipo de los Bruins de UCLA. Aquella temporada, estuvieron a punto de ganar su primer campeonato. Llegaron a la final, aunque fueron derrotados en la última jugada. Pero lo importante, no fue eso, sino la reflexión del mítico entrenador y los cambios que efectuó para mejorar el nivel de rendimiento del equipo.
Wooden consideraba que bajo las condiciones en las que entrenaba el equipo, era imposible alcanzar el campeonato de la NCAA. El pabellón en el que jugaban y entrenaban, Men´s Gym, era una instalación estrecha y mal ventilada. Además, durante los entrenamientos, la cancha era compartida con otros atletas que desarrollaban otras actividades. Bajo esas condiciones era imposible enseñar y alcanzar los objetivos que se planteaba. Sin embargo, el hecho de llegar a la Final, le hizo reflexionar y cambiar aquella creencia limitante, por otra más poderosa.
“Si bajo esas condiciones habían estado a punto de ganar, qué necesitaba cambiar para alcanzar un nivel de rendimiento mayor.”
Cambiar el “no puedo” por el “cómo voy a hacerlo”
La mayoría de las veces, somos nosotros mismos quienes nos ponemos determinadas barreras y nos decimos a nosotros mismos, “no es posible”. Sin embargo, deberíamos cambiar nuestra forma de ver las cosas, preguntándonos “CÓMO” podemos lograr o alcanzar aquello que nos proponemos.
El primer paso, consiste en centrarnos en aquello que está dentro de nuestra zona de control, despreocupándonos de aquello que queda en la zona de preocupación, es decir, aquello que no controlamos totalmente. Esto llevó a Wooden a reflexionar y analizar en profundidad qué es lo que estaban haciendo y qué podían hacer mejor, para crecer y pasar al siguiente nivel de rendimiento.
En resumen, se centró en la búsqueda incesante de soluciones en lugar de utilizar excusas externas para justificar los resultados que estaba obteniendo el equipo.
Silencio, observación y reflexión
Cuando buscamos mejorar nuestros resultados necesitamos cambiar. Sin embargo, es importante antes de tomar determinadas decisiones y llevar a cabo las acciones para materializar ese cambio, pasar un proceso previo. Ese proceso tiene que ver con tres acciones que no solemos tener en cuenta, debido a las prisas con las que normalmente manejamos nuestra vida.
- Reservar un tiempo para el silencio,
- observar
- y reflexionar
Y eso fue lo que hizo Wooden. Analizó en profundidad todo lo que había hecho hasta aquel momento. Y, sólo después de un proceso de revisión, basado en la observación y el análisis de lo que habían hecho hasta entonces, tomó las decisiones que pensó le podían hacer mejorar el rendimiento del equipo. De hecho, solamente hizo 3 cambios:
- Pasó de tener 5 titulares a 7 (con los que disputaría la mayor parte de los partidos)
- Cuidó física y mentalmente al equipo en la parte decisiva del campeonato (los playoffs)
- Simplificó la preparación sin añadir nuevas jugadas o dando demasiada información a los jugadores.
Este proceso, en la cultura japonesa se conoce por el término “hansei”, el reconocimiento de los propios errores como base para la mejora continua o «kaizen». O dicho de otra forma:
“Sin hansei, no hay kaizen.”
Estar dispuesto a escuchar para cambiar
Una de las condiciones indispensables para poder liderar un equipo es la de escuchar. Pero es difícil escuchar sí la mayor parte del tiempo estamos hablando. Por lo que, sí hablamos continuamente y no estamos dispuestos a escuchar, es poco probable que la gente que nos rodea esté dispuesta a hablarnos con sinceridad y franqueza. Por eso, en los equipos y en la vida, necesitamos rodearnos de personas que nos hablen con franqueza, que expongan sus ideas y que no teman decirnos exactamente lo que ellos piensan, aunque a veces nos duelan esas ideas o no las compartamos.
Quizá, el momento donde es más necesaria la escucha es cuando las cosas van muy bien. Cuando estás teniendo éxito, el sentimiento de satisfacción se instala en ti y en tu equipo. Pero también aparece la complacencia, tanto por los objetivos logrados como por la aceptación del “status quo” alcanzado. Estar abierto a recibir nuevas ideas, a escuchar y aprender, es la única forma de seguir preparándonos para alcanzar el siguiente nivel.
“El silencio, la observación y la reflexión son la piedra que afila la espada de tus decisiones y acciones.”
(José Javier Torre)
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