Gestión de equipos: 5 consejos para que los equipos aprendan

Un líder debe ser capaz de enseñar para que el equipo aprenda

Los equipos y los líderes necesitan seguir aprendiendo de forma ininterrumpida. Es el hábito de la mejora continua lo que nos lleva a progresar, crecer y alcanzar nuevos retos. Sin embargo, muchas veces en la gestión de equipos y en las empresas, nos olvidamos de crear un clima de aprendizaje. En primer lugar, porque para aprender necesitamos tener un motivo, y en muchas ocasiones la motivación desaparece. Y, en segundo lugar, porque quién debería enseñar, a veces carece de la formación en pedagogía necesaria para ser efectivo.

Decía J. A. Corbalán, exjugador de baloncesto del R. Madrid y de la Selección, que las cualidades de un líder deberían ser tres: saber fijar objetivos; saber transmitir los valores o la cultura del equipo; y saber elegir a las personas que forman parte del equipo en base a su capacitación técnica. Y añadía que aquellos entrenadores de los que más había aprendido, eran los que mejor sabían enseñar y tenían un método de enseñanza divertido.

Te damos los 5 consejos para que los equipos aprendan en la gestión de equipos:

 

1. Despertar el interés de los equipos para activar la motivación en el trabajo

 

Cada miembro del equipo tiene que tener un motivo para hacer lo que hace. Debe haber una conexión entre la labor que desempeña y el objetivo del equipo. Además, el objetivo o propósito debe ser presentado como algo apasionante. Decirle a un equipo de ventas que tiene que lograr cierto nivel de facturación, no parece el modo más atractivo de conectar a cada uno con ese reto.

 

2. Llevar al equipo a la zona de máximo aprendizaje

 

El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, una de las figuras más notables de la Psicología Positiva, acuñó el término “flow”. El estado de flujo es el estado óptimo de aprendizaje, dónde las habilidades de cada persona y los retos planteados confluyen, y permite a las personas disfrutar de la tarea que realizan. Si ponemos retos muy complicados, la motivación baja. Y si los retos son demasiado fáciles, el interés se pierde.

 

3. Proponer cosas diferentes y explicar por qué

 

Un equipo que hace siempre lo mismo, cae en la rutina. Y cuando eso sucede, nos aburrimos, dejamos de hacer las cosas con interés y nuestro rendimiento baja. En los equipos se necesitan hacer cosas diferentes, creativas, innovadoras… Por ejemplo, el juego es una magnífica herramienta para hacer las cosas de forma diferente. Sin embargo, no sólo hay que hacer las cosas diferentes. También hay que explicar el porqué de cada acción, qué finalidad tiene y adónde les lleva.

 

4. Hacer que el equipo piense por sí mismo

 

Cuando alguien nos da la solución a un problema, sentimos alivio. Sin embargo, la satisfacción es mucho menor que cuando la encontramos por nosotros mismos. Los equipos deben saber resolver sus propias dificultades, o al menos, que sepan buscar la solución. Esto hace a los equipos más inteligentes, más autónomos y más responsables. El líder no se desinhibe de esta tarea, simplemente pospone su intervención, deja que el equipo reflexione y busque sus propias soluciones, y si no las encuentra posteriormente da su opinión.

 

5. Fomentar la autocrítica interna

 

No hay nada más difícil para el aprendizaje que el dogmatismo y la falta de apertura a nuevas ideas. Cuando un equipo cree que todo lo hace bien, y no analiza sus errores, se pierde cualquier posibilidad de aprender. Cada miembro del equipo debe hacer autocrítica, reconocer sus errores: “¿en qué he fallado?, ¿cómo puedo mejorar?, ¿qué haré diferente la próxima vez?”

 

“Aprendes lo mejor que puedes cuando tienes algo que te importa y en lo que te gusta participar.” (Howard Gardner)

 

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